En tres zonas  aledañas al reconstruido Puente de la A o   Pío López, ya   se observa la culminación de  los detalles de la obra que reclamaban los vecinos del sector: la colocación de adoquines o pavimentación de callejones que quedaron inconclusos cuando se inauguró el viaducto, hace un mes.

Sin embargo, todavía persiste la preocupación en moradores y transeúntes del suburbio, pues uno de los pedidos de los residentes, el cierre o cercamiento de los callejones, no fue atendido completamente por parte del Gobierno Seccional.

Es lo que se evidencia del lado de Francisco Segura y la 11. Al finalizar el recorrido por uno de los callejones, se observa un tramo de tierra por donde, según los vecinos,  en las noches entran y se ocultan motociclistas con gente en actitud sospechosa.  “Uno no puede hacer mucho para evitar que se reúnan, porque son bastantes motos las que llegan hasta allí. Nosotros damos prioridad a impedir que no se sustraigan las partes o accesorios del viaducto”, confirmó uno de los celadores privados contratados para resguardar  la obra.

Precisamente la vecina Alicia Quiñónez, residente del sector hace cuatro décadas, advirtió el pasado 4 de octubre, fecha de entrega de la construcción, que a los moradores les preocupaba que la no colocación de puertas en ciertas partes permitiría que desconocidos aprovechen los callejones para delinquir.

En el sector señalado, en esta semana se observó que varios niños, con fundas de leche, botellas y cemento de contacto ingresaron por uno de los callejones y se ocultaron bajo la estructura, en donde el mes pasado se veían camas improvisadas hechas con trozos de madera y colchones viejos. “Allí se ve a gente que entra a fumar marihuana o con prostitutas”, denunció Luis González, un vendedor ambulante que recorre la zona con frecuencia.

Pese a que en ciertos callejones se adoptaron medidas que para aplacar el problema,  no resultan efectivas. Por ejemplo, en el callejón 12 se levantó un muro de 1,70 m, no obstante, los desconocidos aprovechan la reja de una casa adjunta para  emplearla como una escalera y saltar hacia el otro lado, donde están las bases del viaducto. En otro punto, se bloquearon con piedras los agujeros que se forman bajo el paso, pero son fáciles de evadir.

Asimismo,  moradores como Jorge González piden mayor presencia policial, pues consideran que la actual no es suficiente.