Jóvenes de la Marina mostraron avances en robótica y mecánica
Un bote robot creado para vigilar las fronteras, el cerebro de un vehículo Hummer y un aparato llamado “banco de pruebas”, que sirve para verificar el estado de los motores en un avión, fueron presentados ayer durante la primera jornada científica organizada por los centros educativos navales.
El capitán Marco Defaz, responsable del evento, explicó que iniciaron esta actividad para dar a conocer los proyectos creados por los centros de formación y perfeccionamiento navales que muchas veces no se difunden.
Las escuelas de guardiamarinas, grumetes, infantería marina, submarinos y aviación, entre otras, participaron en esta jornada.
Estos proyectos serán utilizados dentro de la institución para abaratar costos en algunas operaciones. Por ejemplo, el cerebro del vehículo Hummer, que se daña con frecuencia, comentó Defaz, y cuya reparación puede costar hasta $1.500, ahora puede ser intervenido por los estudiantes.
Ellos replicaron la estructura de este cerebro, es decir que, cuando una pieza se dañe, solo tendrán que invertir $150 para reemplazarla.
Todos los proyectos participaron en un concurso interno de la institución, hasta la mañana de ayer. El que había recibido la puntuación más alta del jurado era la “unidad móvil marítima”, conocida familiarmente como “bote robot”.
Quince estudiantes de la Escuela de Grumetes diseñaron y fabricaron este barco, que aseguran es el primer vehículo no tripulado para navegar en superficies que se ha creado en Ecuador.
El barco robot puede ser programado en una computadora para que se dirija a determinadas coordenadas. También se lo puede operar mediante un control remoto.
Este vehículo puede ser utilizado para acceder a espacios donde los barcos de mayor tamaño no pueden ingresar. Sus creadores explicaron que será útil para vigilar las fronteras, ya que tiene dos cámaras en su interior, de uso nocturno y diurno.
Otro de los proyectos presentados, que también será patentado, proviene de la Estación Aeronaval de Manta. El llamado “banco de pruebas para el Rudder Boost” fue creado por los cabos segundos Alfredo Correa y Jorge Pérez.
La caja, parecida a una lavadora de ropa, de color amarillo, sirve para verificar el estado de los dos motores que tiene un avión.
El aparato se conecta al avión antes de que despegue y así se puede conocer si está en óptimas condiciones para volar.
Este proceso de revisión suele ser realizado por técnicos extranjeros, expresó Correa. “Con la máquina podemos comprobar el estado del Rudder Boost nosotros”, afirmó.
Este nuevo equipo ya ha sido probado. Con él se detectaron fallas en los aviones que fueron corregidas tras la revisión.
Los equipos y sistemas creados por los estudiantes serán patentados y utilizados dentro de la institución, señaló Defaz, lo que les permitirá abaratar costos -en el caso de los motores- e implementar sistemas de vigilancia costera.
El evento se desarrolló desde el jueves en las instalaciones de la Base Naval Norte, que fue visitada por estudiantes de colegios militares y navales. Los colegiales se acercaron a cada stand, en los que aprendieron sobre el funcionamiento de las máquinas presentadas.