Jóvenes de la ciudad salieron a rechazar el consumo de cigarrillos
Ayer, en el Día Mundial Sin Tabaco, en el centro de la ciudad abundaron mensajes sobre el peligro que trae encender un cigarrillo.
Jorge Castillo, un hombre que vive comprando tabacos desde hace 20 años, observaba a los 700 estudiantes de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), que realizaron una concentración en la Plaza San Francisco.
Los alumnos de las carreras de Medicina y Nutrición recorrieron la avenida 9 de Octubre.
Otros se colocaron en grupo junto a los semáforos, para recordar a la ciudadanía, con carteles y discursos, los peligros que trae encender y fumar un cigarrillo.
Para Jorge (56) estos mensajes ayudan a que las generaciones más jóvenes conozcan sobre los peligros que trae fumar, aunque confiesa que él ya no podría dejar esta droga.
Fernando Cano, jefe de Neumología de Solca, afirma, basándose en un estudio realizado en esta institución, que las personas que abandonan el cigarrillo aumentan, después de 15 e incluso 30 años, el riesgo de contraer cáncer.
Son 60 elementos cancerígenos los que contiene el delgado cigarro, explica Cano. Para él, contraen más riesgos los compuestos aromáticos, las microsaminas y el alquitrán.
Este último componente, dice el doctor, genera cambios a nivel cecular y daños en el DNA, en personas predispuestas genéticamente para sufrir de cáncer.
Solca también participó en esta manifestación contra el cigarrillo.
Las estudiantes que conforman el grupo Ensamble de la UEES presentaron una fusión de danza contemporánea, teatro y jazz, acompañadas por el trío de jazz del conservatorio Rimsky Korsakovy.
Cinco mujeres, que iban vestidas de rojo y negro, bailaron portando un baúl negro, cargado por ellas.
La danza llamó la atención de los transeúntes que se congregaron en círculo para escuchar la música en vivo.
María Rolsalva Pérez, directora artística del grupo, dice que como artistas apoya esta iniciativa porque el cigarrillo es una droga legal y absurda. “No te pone creativo, lo único que hace es dañar a los demás” dijo.
Jóvenes y adultos se acercaron a los estudiantes que vestían batas de médicos y zapatos deportivos para preguntarles cómo dejar de fumar. Las alumnas de la carrera de Nutrición les explicaron que en muchas ocasiones las personas que comen por ansiedad recurren al cigarrillo para bajar de peso y dejar atrás la primera compulsión.
“Si la persona quiere dejar de fumar y no quiere aumentar de peso debe seguir un plan nutricional que le asegure que necesita comer”, aconsejaron las estudiantes a los fumadores.
Simultáneamente, la Subsecretaria de Ambiente realizó una casa abierta en la calle. Con esta actividad buscaban impartir un mensaje de prevención entre los transeúntes que recorren diariamente el sector de Nueve de Octubre y Pichincha.
En la plaza San Francisco, una instalación que simulaba un cementerio con carteles (lápidas que llevaban mensajes de prevención y estadísticas de riesgos y muertes) atrajo a los ciudadanos.
“La tasa de mortalidad de los fumadores es del 70%” y “El tabaco es el responsable del 33% de casos de cáncer”, eran dos de los mensajes escritos en las tumbas.
Elizabeth Palacios llevaba un cartel en el que aparecía una joven fumando con su espalda llena de quemaduras. La concentración fue organizada por los estudiantes de Medicina y Nutrición, cuenta Palacios. “Como futuros médicos estamos comprometidos con la salud de las personas”, dijo.
Para Andrea Arteaga, otra de las participantes, el mensaje que llevaron lo conocen todos, “pero debemos recordárselos”.