Jóvenes acudieron a tercera llamada para servicio militar
Con lágrimas. De esa forma Carmen Lindao, habitante del suroeste de la ciudad, se despidió de su hijo Daniel Leyton, de 18 años, una imagen que se repitió varias veces este sábado en la Dirección de Movilización, durante la afluencia de jóvenes a la tercera llamada de acuartelamiento de la leva 1992.
Al igual que Daniel, cientos de muchachos entre 18 y 22 años acudieron hasta el recinto militar ubicadas en la Av. Pedro Menéndez Gilbert, para registrarse y cumplir el servicio militar en los próximos doce meses en diferentes partes del país.
Uno de ellos era Geovanny Ron, de 18 años, habitante del Cerro del Carmen, en el centro de Guayaquil. “Quiero servir a la patria y aprender todo sobre el manejo de armas, siempre me ha llamado la atención”, manifestó.
Vicente Imaicela, comandante de la Base de Movilización Occidental -que comprende las provincias de Manabí, Los Ríos, Santa Elena, Galápagos y Guayas- sostuvo que hay un cupo para acuartelar a 3.077 ciudadanos en esta llamada. A la ciudad le corresponden 1.403 espacios, de los cuales se utilizaron más de 922.
“La primera llamada se realizó en febrero y la segunda en junio, en la que se completó el cupo en un 96%, es decir, tuvimos una gran acogida”, explicó. Agregó que estar en buenas condiciones de salud, no tener antecedentes penales y ser ecuatoriano, son los requisitos básicos para recibir la capacitación en los cuarteles.
En los patios de la Dirección de Movilización se instalaron varias carpas de la Policía Judicial para verificar el récord de los aspirantes y realizarse los chequeos médicos correspondientes. Imaicela enfatizó que desde que entró en vigencia la nueva Carta Magna, el acuartelamiento es voluntario y el joven puede escoger el lugar en donde desea realizarlo.
“Esto está establecido en el artículo 161 de la Constitución, antes era obligatorio. Además, muchos jóvenes vienen desde muy temprano para tener opciones de elegir hacia que sitio desean ir: a Galápagos, a la Sierra o a la selva. Ellos escogen”, indicó.
El jefe de Movilización resaltó que muchos de ellos son de escasos recursos económicos y ven en el servicio militar una opción para aprender y capacitarse en diferentes áreas, como carpintería, electricidad, agricultura, entre otras.
Este es el caso de Franklin Robledo, de 18 años, quien no terminó sus estudios secundarios y, hasta ayer, se dedicaba a vender planchas de yeso en un local ubicado a un costado de la vía a Daule.“Quiero aprender algo que me ayude a trabajar, que me ayude a crecer y poder colaborar con mi familia”, expresó el joven.
Otros, como Michael Maldonado, de 20 años, buscan vivir una aventura y para que sus padres se sientan orgullosos. “Quiero que mi papá me vea con el uniforme, para que se ponga feliz”, sostuvo, con una gran sonrisa.
En un año los cerca de 20.700 acuartelados en el país recibirán varios beneficios, como seguro médico, seguro de vida, servicio dental gratuito y una capacitación integral de Secap durante tres meses en diferentes materias, como mecánica automotriz, computación, crianza de animales y varios adicionales, además adquirirán conocimientos en diferentes movimientos y prácticas militares.