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El Telégrafo
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Horarios complican los objetivos de las tutorías

Horarios complican los objetivos de las tutorías
01 de julio de 2011 - 00:00

La nueva jornada docente, implementada por el  Ministerio de Educación (ME), aún no consigue de forma óptima el objetivo de ampliar la atención a padres de familia y estudiantes, según manifestaron algunos maestros de colegios fiscales.

Para facilitar la adaptación a la nueva jornada, la ministra de Educación, Gloria Vidal, a través del Acuerdo 135, permitió que los maestros escogieran un horario de entre las opciones propuestas y que notifiquen en la Dirección Provincial respectiva el modelo de jornada que se ajuste a sus necesidades.

La jornada matutina de clases, para planteles urbanos, empieza  a las 07:00 y concluye entre las 12:45 (Educación Básica) y 13:10 (Bachillerato). Mientras que el horario vespertino se inicia a las 13:00 y termina entre las 18:45 y 19:10.

No obstante, las limitaciones de espacio, horario de transportes y disponibilidad de los padres son, entre otras, las situaciones que afectan el máximo aprovechamiento del trabajo extracurricular que tienen que cumplir los educadores para completar las ocho horas diarias de labores.

Las dificultades aumentan para quienes desempeñan la docencia en la jornada vespertina,  debido a que sus hogares se encuentran en zonas consideradas de altos índices delictivos.

Solicitud de ayuda

En el colegio Vicente Rocafuerte, mientras los últimos alumnos de la jornada matutina se retiran a sus casas, cerca de las 13:00, varios maestros se dirigen a un aula cerca de la biblioteca para atender a los estudiantes.

Entre las 13:00 y 14:45, los educadores organizan las tutorías que sus alumnos solicitan para apoyar la enseñanza de las asignaturas. Las más solicitadas son las correspondientes a las ciencias exactas.

Mariuxi España, docente de Informática, explicó que el interés de los alumnos por mejorar las calificaciones aumentó con la nueva disposición, pero  los estudiantes han expresado insatisfacción con respecto a los horarios. “Se hace lo posible por ayudarlos, pero ya me ha tocado oír justificaciones como que tienen que viajar a otros cantones y que no pueden quedarse después del mediodía”, comentó España.

La otra opción que tienen los alumnos en los colegios es recibir las tutorías durante el horario normal de clases (07:00 a 13:00) para lo cual deben solicitar permiso para faltar a una hora determinada.

Para ello existen turnos establecidos de acuerdo con la disponibilidad de los maestros y los alumnos que se comprometen a recuperar las clases que dejan de percibir.

Mario Barros, estudiante de 10º año de Básica, prefirió  escoger las tutorías para Matemáticas antes de las 13:00.  “Es pesado aguantar las clases luego de las 07:00  hasta las 15:00”, manifestó Barros.

Mariana Gómez, del colegio Adolfo H. Simmonds, coincidió con Barros. “Hay trabajos que cumplir dentro y fuera del plantel y toca ajustarse”, dijo.

Gómez vive en Sauces y ayuda a sus progenitores con un negocio familiar de papelería, por lo que extender su jornada estudiantil resulta complicado. “No es que me obliguen a laborar, sino que una se da cuenta de los momentos en los que de verdad me necesitan”.

El horario de los expresos también representa una contrariedad para recibir las tutorías. En el colegio 28 de Mayo, las estudiantes se quejan de que los choferes no dan facilidades.

Flor López, de primero de Bachillerato, explicó que los buses salen a una hora determinada  (13:00  o 19:00), lo cual  deja a las alumnas solo con 15 minutos para buscar a sus profesores.

“Nos toca coordinar con familiares para que nos vengan a buscar y eso incomoda porque tienen que pedir permiso en sus trabajos”, aseveró López.

Complicaciones de jornada

Otra de las facilidades que el ME especificó en el acuerdo 135 es que “en casos excepcionales, las instituciones educativas podrán solicitar a las Direcciones Provinciales un horario distinto a los señalados. Este deberá ser debidamente analizado, sustentado con informes y firmados por la máxima autoridad del establecimiento educativo”.
En el colegio Dolores Sucre, por ejemplo, debido a las limitaciones de iluminación, los maestros de la jornada vespertina trasladaron las tutorías correspondientes al término de clases (19:00) a las 11:30, lo cual les afecta a la hora del almuerzo.

Ruth Vargas, vicerrectora (e) de Bachillerato, indicó que, además, faltan lugares donde los maestros puedan tomar sus alimentos para cumplir con las tareas asignadas.

“Es realmente un trabajo agotador y los docentes ya comenzamos a enfermarnos por no comer a la hora debida”, aseveró Vargas.

El único bar disponible, subiendo más de 30 escalones, tiene dimensiones de aproximadamente 6 por 10 metros, con 4 mesas. La capacidad del lugar es para 20 personas.  “Pero es un sitio destinado para los estudiantes, no  los profesores, por eso muchos tenemos que comer donde podamos”, comentó Vargas.

Los profesores, expresó la docente, parecen tener el mismo apuro que las estudiantes por salir del plantel. Tanto así que, a las 14:30, en punto, no hay un solo profesor de matutina en el área destinada a las tutorías. “Hay que ponerse en lugar de los profesores, no solo es cuestión de llegar a un aula y desgastar la garganta hablando en clases”, afirmó Vargas. “Es todo un proceso de preparación que ahora aumenta junto con el nuevo Acuerdo”.

La Dirección de Educación de Guayas informó que solo se ha autorizado el cambio de hora de las tutorías, pero  ningún plantel puede suprimirlas, o acortar las jornadas.

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