Guayaquil requiere urgentemente actualizar sus datos sobre la vulnerabilidad sísmica y el impacto que pueden generar los terremotos en las edificaciones, según ingenieros y estudiosos.

El último informe completo que se hizo en la ciudad fue el proyecto Radius, promovido por el Municipio en 1998, es decir, hace 16 años. Desde entonces han transcurrido algunas variantes, pero no se ha elaborado un nuevo levantamiento de datos, aseguró el ingeniero e investigador Jaime Argudo, quien desarrolló Radius.

En los estudios de cerca de 20 años se detectó que una de las zonas con más vulnerabilidad sísmica es el centro de la ciudad.

Un terremoto de 7 grados Richter, según el proyecto Radius, puede ocasionar serios problemas en el casco comercial. “El 15% de los edificios y el 10% de los puentes de la ciudad colapsarían o serían afectados”.

Para Argudo se requiere hacer planes de rehabilitación urbana, es decir, reubicar en nuevos planes habitacionales a las personas que viven en casas vetustas. Además, demoler los inmuebles vulnerables.

De su lado, el ingeniero Walter Mera, vicerrector de Investigación y Posgrado de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, recomendó que el Gobierno Nacional y el Municipio elaboren un plan conjunto para mitigar el impacto en caso de un terremoto.

Recordó que el suelo de la ciudad es inestable porque los predios fueron levantados, la mayoría, sobre un manglar. En caso de un movimiento telúrico fuerte “el efecto sería devastador así ocurra a 300 kilómetros de distancia”.

Según un análisis del Instituto Geográfico Militar, la ciudad está ubicada dentro de una falla geológica, conocida como Pallatanga-Chingual, que comienza en el Golfo de Guayaquil.

La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) realiza la microzonificación sísmica de la urbe porteña.

Meses atrás, María del Pilar Cornejo, secretaria nacional de la SGR, explicó que el mencionado estudio preventivo servirá para identificar los sectores con más vulnerabilidad ante un sismo y, por lo tanto, “con diferentes consideraciones de diseño”.

También, los investigadores recomiendan elaborar un plan de contingencia para reforzar las estructuras más antiguas.