Mirna Soria, habitante de la ciudadela Sopeña, aguardó pacientemente un bus de la línea 144 en la avenida 25 de Julio, luego de dejar a su hija en un plantel ubicado en la calle Leonidas Ortega, el jueves de esta semana.

Frente a donde vive Soria se ubica uno de los paraderos de la troncal 2 del sistema de Metrovía que entraría a funcionar en aproximadamente un mes, según lo previsto por el Municipio de Guayaquil.

La ciudadana intuyó que el bus que la deja cerca de la Universidad de Guayaquil, y que ha abordado  por cuatro años, dejará de circular por la transitada avenida una vez que los 90 articulados y 90 alimentadores (que adquirirá Metro-Express) empiecen a recorrer la ciudad.

“A veces por cuestiones de tiempo cogía cualquier bus que avanzara por la Quito, me quedaba en Sucre cogía la Metrovía y avanzaba hasta la universidad... ahorraba tiempo pero gastaba doble pasaje”, comentó la madre de familia.

La señora confiesa que  desconoce las opciones de traslado que tendrá con la nueva troncal 2, una vez que se ha percatado que los paraderos de esta ruta no se conectan físicamente en el centro de la urbe con las troncales 1 y 3.

Por el momento la Fundación Metrovía estudia lo que sería un nuevo sistema de trasbordo electrónico que se aplicaría para conectar la nueva ruta con el recorrido que cubre Metrobastión (Bastión Popular-Centro).

La alternativa, actualmente en desarrollo, consistiría en implementar un tiquete  a los usuarios para que puedan ingresar a otros paraderos, sin necesidad de pagar otro pasaje, cuando decidan hacer trasbordo entre las troncales 2 y 3.

Esto define que la conexión entre estas rutas no será como ocurre en los paraderos del IESS y la Biblioteca Municipal, donde las personas pueden esperar dentro de los paraderos para hacer el trasbordo entre las troncales 1 y 3.

Michael Rivera, de la ciudadela Fragata, al sur de la ciudad, conoció de la alternativa en estudio cuando fue consultado por este Diario sobre cómo hará dentro de un mes para llegar hasta el centro comercial San Marino, donde trabaja.

La línea 87, que Rivera aborda normalmente, también desaparecerá junto a las otras 23 líneas que se prevé retirar de circulación.
“Ya de por sí estaba preguntándome como haré para llegar hasta San Marino si los articulados pasaran solo por la 25 de Julio, Quito y Las Américas... a no ser que uno de los alimentadores me lleve hasta la Francisco de Orellana”, cuestionó Rivera.

El ciudadano consideró que si el trasbordo será saliendo de los paraderos, se deberá incrementar la seguridad ciudadana en los sitios destinados para el sistema.

Leopoldo Falquez, gerente general de la Fundación Metrovía, anticipó que, tentativamente, las troncales 2 y 3 se conectarían en la calle Pedro Moncayo. Mientras que las troncales 1 y 2, por el momento, solo se conectan en la terminal Río Daule.

Una persona para llegar, por  ejemplo, a Sauces 5 desde La Sopeña, se demoraría alrededor de 50 minutos: media hora desde el sur hasta la terminal Río Daule y 20 minutos más en el alimentador que lo lleva hasta el punto de destino.

El tiempo estimado no incluye los minutos de espera para abordar la ruta alimentadora, que en el mejor de los casos se estima entre 5 y 10 minutos, como se comprobó en un recorrido realizado por este Diario.

Fabricio Arteaga, quien coge hasta ahora dos buses (entre urbano y Metrovía) para llegar desde la ciudadela 9 de Octubre hasta la Alborada, espera que se implementen más rutas alimentadoras que eviten que pague doble pasaje.

El alcalde Jaime Nebot anunció  hace dos semanas que habrá  cuatro macroalimentadoras que se integrarán a las tres troncales que existirán a fines de año, para cubrir la demanda de la ciudad.