Fuertes olores en las aceras de mercados molesta a transeúntes
Los fuertes olores causados por líquidos acumulados en las aceras y paredes, además de restos de basura orgánica e inorgánica, causan molestias en los alrededores de varios mercados de la red municipal.
En los centros de abasto del Guasmo norte, Las Esclusas, José Mascote, Central, entre otros, si bien se realiza la limpieza dentro y fuera de los espacios, al pie de las aceras, los líquidos residuales generados durante el proceso se acumulan en los exteriores.
Por ejemplo, en el mercado Central, en la intersección de 6 de Marzo y Clemente Ballén, el agua, de color amarillo, permanece en pocas cantidades sobre la calzada pese a que hay una alcantarilla cercana.
Las personas que transitan por el sitio perciben un olor similar al amoníaco. Julio Ishpicabay, un carretillero que asiste a compradores y vendedores, comentó que el agua residual se genera desde el interior del mercado durante el día.
El particular hedor es generado por la mezcla que proviene de la limpieza de los puestos de verduras, mariscos, pescados y carne. “El desagüe en los otros lados del mercado es más eficiente que en este”, aseguró Ishpicabay.
En el mercado de José Mascote y Alcedo continuamente se observan charcos de orina. En el lado de Alcedo, donde hay un espacio para parqueo, funcionan al menos seis puntos en los que se evidencia la humedad a causa de la micción.
Los moradores señalan como responsables a los indigentes que deambulan por el lugar.
La pestilencia de los alrededores del mercado se percibe hasta media cuadra a la redonda. Juan Mendoza, habitante del sector, cuestiona también los hábitos ciudadanos para manejar desechos. “La basura la arrojan donde les parece mejor, hasta calamares y mariscos se pueden encontrar en las veredas”.
La recolección de los desperdicios es cuestionada en los sectores aledaños a los centros de abasto ubicados en los Guasmos. En la entrada dos del mercado Las Esclusas, objetos de plásticos y papel se acumulan al pie de los vehículos y las alcantarillas.
En otra de las esquinas del sector se percibe un aroma a carne putrefacta por la acumulación de agua mezclada con sangre. “También participamos de mingas como medida para contrarrestar esto”, manifestó Hilda Macías, habitante del lugar.
Los malos olores, según el neumólogo Iván Chérrez, solo representan riesgo dentro de un espacio cerrado que puede empeorar la salud de las personas que padecen de asma.
El hedor que se percibe en los exteriores, en cambio, se dispersa con facilidad. Sin embargo, “hay que tener mucho cuidado con la humedad que se acumule en pisos y paredes, tanto exteriores como interiores”. La falta de asepsia en los muros y las aceras son espacios propicios para la proliferación de hongos. “Una persona alérgica que no haya formado los suficientes anticuerpos se expone a una crisis respiratoria”.
El cuidado general de los mercados está a cargo de los administradores. Los dueños de los puestos, en cambio, se encargan de dar mantenimiento a sus espacios.
Los habitantes, ubicados alrededor de los centros de abasto, sugieren al Municipio que mejore el drenaje de estos lugares antes de que inicie la temporada invernal y los líquidos pestilentes cubran las calles.