Fiesta y música en el barrio Garay para jugar carnaval
A las 06:00, los habitantes del barrio Garay, uno de los más tradicionales de la ciudad, con casi 74 años de existencia, realizaron una misa al Divino Niño para agradecer las bondades recibidas.
Otros también aprovecharon para encomendarse al Creador por lo que estaba por venir, la casi histórica fiesta de carnaval, que se ha desarrollado en el lugar por casi seis décadas.
En la intersección de las calles Gallegos Lara y Sucre, desde el domingo empezaron a instalarse los elementos de la “pachanga”.
Cuatro improvisados postes, unidos por una cinta de plástico delimitaron un área de aproximadamente 10 metros cuadrados, donde se creó una pista de baile en pleno pavimento.
También se colocó una piscina enorme de al menos 5 metros de diámetro, con 1,50 metros de profundidad, que lucía ideal para zambullirse con toda la familia.
A las 08:00 ya el juego era inevitable. En cuestión de minutos, las casi 100 personas que se dieron cita tenían la piel en colores verde, negro, azul y rojo por la anilina que comenzaron a utilizar para empezar la fiesta.
Una banda de la localidad puso la nota musical a punta de trompeta, platillos y tambores. No faltaron las garotas, que fueron contratadas para deleite, especialmente, de los varones.
La improvisada pista de baile también se convirtió en un ring, donde cualquiera que entraba, salía a colores, talqueado y mojado.
Cruz Yucaya, moradora del lugar, comentó que la fiesta carnavelesca del barrio Garay nació como una sencilla reunión familiar.
“Poco a poco se fueron sumando la gente del lugar y esto se convirtió en tradición del barrio”, refirió Yucaya.
Alrededor del mediodía nadie que disfrutara de la fiesta estaba seco. Con una manguera cerca de la pista de baile, que pasaba de mano en mano, se aseguraban que todos estuvieran mojados.
“Es la condición, aquí el que se pica, pierde y si no quiere mojarse, mejor ni salga”, dijo David Cajamarca, quien lleva varias décadas viviendo en el lugar.
El licor no podía faltar y hubo quien llevó un surtidor de cerveza, que fue colocado cerca de la piscina para que cualquiera que quisiera un trago, tenga opción de refrescarse.
Guido Zurita, coordinador general del comité Pro Mejoras del barrio Garay, comentó que la gente del lugar procura llevar la diversión de una manera en que se eviten agresiones.
“Lo importante es pasar un rato ameno y, si hay mojados o pintados, que todo sea dentro de un marco pacífico”, afirmó Zurita.
Los moradores del lugar también recuerdan la época en que durante las festividades se realizaban diversos juegos tradicionales.
La vaca loca, el palo ensebado, las ollas encantadas eran algunas de las actividades que hacían parte de las celebraciones y en las que participaban chicos y grandes.