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Familias preocupadas por deslizamientos y desalojos

Familias preocupadas por deslizamientos y desalojos
16 de agosto de 2012 - 00:00

Hace ya una semana, cuando a las 04:40 Cynthia Montenegro se despertó  tras escuchar un estruendo,  un pequeño movimiento de tierra le hizo creer que su vivienda, en la precooperativa Nelson Mandela,  al sur, se venía abajo tras 10 años de estar allí.

Ese pequeño temblor fue el anuncio de lo que se vendría horas después en las viviendas de caña y cemento asentadas en las riberas del estero Salado. Una  casa casi desarmada y otras  con fisuras es el saldo del desmoronamiento del suelo en el que están ubicadas. 

La edificación más afectada pertenece a una vecina de Montenegro, donde viven casi 5.000 familias, según un censo elaborado por el Ministerio de Desarollo Urbano y Vivienda (Miduvi), en las riberas del afluente, en el sector donde el cauce recibe el nombre de Mogollón.

Para Montenegro, el peligro es latente y los deslizamientos son regulares. “La tierra se desprendió por la marea, que ese día estaba bastante elevada”, explicó.

En la zona se evidencia que varias casas, al pie del estero, están a punto de caer por el desprendimiento de tierra.  Incluso, en algunos tramos, se observan en el agua los restos de lo que alguna vez fue una estructura de cemento o losa.

Marjorie Mite, habitante de la Trinitaria, sugirió que las autoridades tomen ciertas medidas temporales para evitar que existan mayores accidentes.

En junio de este año la correntada  de una embarcación que pasó frente a la cooperativa Nuevo Rumbo, en la isla Trinitaria, bastó para derrumbar una casa de caña guadúa donde residían seis personas, entre adultos y niños.

El Miduvi actualmente desarrolla la verificación de datos del censo realizado en 2011 y que pretende la reubicación de las familias que viven sobre el estero en las urbanizaciones Socio Vivienda y Ciudad Victoria.

Patricia Ruiz, titular del área social del Miduvi, aseguró que el sector donde se registró el deslizamiento de tierra está dentro de los planes de reinstalación de la cartera de Estado. Sin embargo, puntualizó, el proyecto solo beneficia a las familias que fueron censadas en 2011 y  aquellas que quedaron fuera, por llegar extemporáneamente  a las riberas del estero Salado, deben buscar otros sitios para instalar sus viviendas.

La funcionaria también descartó la posibilidad de levantar un muro de contención o reafirmar el relleno con algún material en la zona contemplada en el censo y que abarca la distancia comprendida entre los puentes de la Perimetral y la calle 4 de Noviembre. “La zona será rescatada según la agenda conjunta que manejamos con el MAE (Ministerio de Ambiente) y las casas serán desmanteladas”.

El Miduvi prevé para finales de septiembre o inicios de octubre una nueva entrega de 128 viviendas en los bloques multifamiliares que se levantan en el plan habitacional Socio Vivienda 2, al norte de la urbe. Las personas consultadas en la cooperativa Nelson Mandela dijeron ser dueñas de sus terrenos, aunque no expusieron los respectivos títulos de propiedad.

Desalojo en el sur

Decenas de familias de la cooperativa Pablo Neruda, ubicadas en el Guasmo, al sur de la urbe, están preocupadas por un aviso de desalojo que está membretado con el logotipo de la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos (Dirnea).
Según informaron los moradores, la semana pasada un grupo de personas con uniformes de la Marina llegaron a entregar una citación para que acudan a las instalaciones de la entidad a conocer detalles del asunto. Los terrenos donde viven no están legalizados aunque reciben todos los servicios.

Gualberto Cangá, con 25 años viviendo a orillas del estero,  manifestó que “en la Marina nos dijeron que la orden venía del Municipio y nos dieron cinco días para salir”.

Sin embargo, en el Cabildo se informó que la competencia era de la Dirnea. “Ni siquiera nos han dicho si nos van a reubicar y eso es lo que más nos preocupa”, precisó Cangá.

Hasta el cierre de esta edición se conoció que varios habitantes de la Pablo Neruda fueron convocados a la Municipalidad para aclarar su actual situación habitacional. También se intentó hablar con la Capitanía del Puerto, responsable del tema, pero no hubo respuesta.

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