En un puente hay una señalética que recomienda no usar celulares
Falta seguridad en pasos elevados de la Perimetral
Doña María González, comerciante de la Isla Trinitaria (en el sur de Guayaquil), prefiere cargar monedas en vez de billetes. Pero no precisamente para dar el cambio a los compradores de sus frutas.
Ella cuenta que opta por no portar dólares “de alta denominación” para evitar una gran pérdida económica si la asaltan en el barrio.
María labora cerca del paso peatonal que está en la vía Perimetral, entre las calles Ernesto Alvarado y Ángel Rivera.
El viaducto fue construido por el Municipio de Guayaquil, en 2013, con el fin de que los peatones no arriesguen la vida al atravesar la vía rápida.
Sin embargo, a dos años de la inauguración, los ciudadanos prefieren caminar por la calle, cerca de los vehículos, por la inseguridad. “Las lámparas ya no se prenden en la noche”, expresa la usuaria Shirley Murillo.
La vecina explica que la oscuridad es aprovechada por los delincuentes para asaltar a los peatones. “Por esta razón, gran parte de usuarios se arriesga a caminar por la vía Perimetral”, sostiene.
Una señalética colocada en el paso elevado es una advertencia de lo que ocurre. “Prohibido usar teléfonos celulares”, reza en el rótulo.
Los vecinos del sector (7.000 residentes hay en los alrededores) cuentan que el letrero sirve para informar de la peligrosidad del lugar. “Por aquí roban bastante. En la mañana o en la tarde”, ratifica.
Los residentes de las cooperativas de vivienda El Mirador y Florida Norte, en el noroeste de la ciudad, se enfrentan a similares inconvenientes.
El Cabildo porteño, en agosto de 2012, construyó allí un paso elevado para las 481.680 personas que viven cerca de la Perimetral. No obstante, los usuarios se quejan de la falta de mantenimiento.
Un equipo de EL TELÉGRAFO recorrió el puente y constató que, tras los cerca de tres años de su entrega, varias lámparas fueron robadas.
Tanto en la parte de las rampas como en el pasillo central hay espacios vacíos y cables colgando donde antes había faroles.
Adela Conforme, ciudadana de la tercera edad, comenta que cuando llega la noche prefiere transitar por la vía, ya que falta iluminación. “Hay personas que se ponen a pedir plata y otras que asaltan”, denuncia la habitante.
Carlos González, otro residente, se queja de la suciedad y de los hedores. En cada esquina hay montículos de basura: vasos desechables, platos, fundas plásticas, tierra, entre otros desperdicios.
“A las 18:00, el paso se convierte en un ‘mercadillo’. Venden comida y otros artículos. No se puede caminar”, reclama el vecino.
Asimismo, otro de los inconvenientes es que los motociclistas pasan a exceso de velocidad por el sitio exclusivo para transeúntes.
En el paso que está cerca de Bastión Popular, también en la Perimetral, una parte del techo fue removida. Varios residentes del noroeste expresan que fue sustraído por personas desconocidas.
La obra fue ejecutada por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP). (I)