Estudiantes emplean el material biodegradable
Aproximadamente 400 jóvenes de 10 colegios guayaquileños participaron ayer en la feria de Ecocanje.
Los colegiales llenaron la plaza de Artes y Oficios, al sur de la urbe, donde cada uno cargó una pequeña o pesada funda repleta de botellas de plástico, cartón y baterías.
El acto, organizado por el Ministerio del Ambiente (MA), consistió en el intercambio de materiales reciclables por fundas biodegradables fabricadas con prolipoleno, termos y accesorios ecológicos, las cuales se pueden reutilizar.
Marcela Aguiñaga, ministra de Medio Ambiente, intercambió personalmente un lote de fundas con los estudiantes y anunció que solo las que se utilizan para almacenar los alimentos en los supermercados y comercios serán gravadas con un impuesto de $ 0.10. Precisó también que este impuesto, al igual que el aplicado a las botellas de vidrio ($0.2), aumentará su valor de forma progresiva. Estos tributos llamados “verdes” por la cartera y por el Servicio de Rentas Internas buscan disminuir el uso de plásticos en el país, dijo Aguiñaga.
El material reunido en la jornada de ayer fue recogido por Gradere, una empresa que realiza reciclaje y manejo sustentable de desechos.
Cynthia Benavides (14) y Micaela Rodríguez (13), de la Unidad Educativa Metropolitano, contaron que en su colegio sí realizan reciclaje de materiales, que luego son entregados a los chamberos (recolectores de elementos plásticos).
Los alumnos de la Unidad Educativa de la Federación Deportiva llevaron sendas fundas con desechos, recogidos durante dos días.
Lourdes Maya, técnica de la Dirección Provincial de Ambiente, sostiene que se realizarán otras actividades orientadas al manejo de desechos sólidos. No se precisó si la campaña en los colegios tendrá alcance nacional o se realizará durante todo el periodo lectivo.
Para Maya, el país tiene un problema en el manejo de los desechos sólidos, por eso considera necesaria esta actividad. Este criterio lo comparte Aguiñaga. Para ella, el uso de botellas plásticas en el país es excesivo y se observa sobre todo en las playas, donde es común encontrar este material de larga degradación.