El personaje
Entre cortes y tinturados, Margarita crece como empresaria
Margarita Peñafiel se ha ganado la admiración y confianza de casi cuarenta clientas por su especialidad en el tinturado. Arreglar cabellos es una actividad que le apasiona desde hace 14 años, cuando se involucró en este oficio que le trajo estabilidad económica luego de su ruptura matrimonial. “Fui madre abandonada con mis 3 hijos, cuando mi último vástago tenía 1 año y el padre no aportaba nada. Así que opté por aprender manicure y pedicure en un curso de Aprofe, por un mes. La profesora me dijo ‘usted puede ir a trabajar’ y con un solo módulo, eso fue lo que hice”, comenta la guayaquileña. Ella recuerda que poco tiempo después de eso fue contratada en una peluquería ubicada en la calle 29 y Portete, al suroeste de la ciudad. La estilista de 42 años tomó muchos cursos para aprender habilidades y técnicas que admiraba de colegas con los que trabajó. En 2002 se especializó en el cepillado, corte y tinturado de cabello.
La idea de poner su propio negocio nació de la sugerencia de unas clientas, quienes la ayudaron a buscar el local en Miraflores, el que alquiló por $ 100 e inició con pocos implementos. Hoy atiende en la Cdla. Paraíso, en la calle Guayabos y la Primera Peatonal. Su hija Rosa Minchala, su asistente en el negocio, se maravilla de sus cortes de copetes, cerquillos y flequillos. “Yo practico en ella porque soy quien la tinturo”, dice riendo.
Eloy Maya es amigo de Peñafiel en el barrio, y se expresa de ella: “Admiro su trabajo, su forma de ser, ella se hace respetar de los hijos y tiene buena clientela que consideran a la señora Margarita”, comenta el dependiente del local. (I)