La compañía petrolera estatal reafirma que la ruta actual del gasoducto, que pasa cerca de urbanizaciones privadas y zonas humildes, es la más segura, de acuerdo con los estudios de impacto ambiental y el licenciamiento otorgado al proyecto.

Según la entidad, en el desarrollo del proyecto nació la inquietud de plantear una posible alternativa de ruta  a la entrada de Guayaquil, en el km 87 del ducto, que pase por los cerros Chongón-Colonche, Cerro Azul y el Embalse de Santa Elena, pero no se obtuvo el aval para continuar por allí, por lo que se siguió con el plan original. “Se generó una posible alternativa, pero ahora a esa se la está haciendo aparecer como la viable...”.

Por lo que el vocero de Petroecuador, Romel Tapia, estimó que el proyecto que se ejecuta representa una inversión de 500 millones de dólares, seguirá y no se ha detenido.

Asimismo, la entidad se mantiene en que en su momento se realizó, por parte del Ministerio del Medio Ambiente, la socialización del proyecto con moradores de ciertos sectores. Añadió, ante el temor de desalojos, que no habrá expropiaciones, pues ya fueron ejecutadas tiempo atrás.

Sobre este tema, ayer el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, aclaró que no detendrá la obra, pues es necesaria para el interés del país. No obstante, aclaró que esta continúa bajo la responsabilidad de Petroecuador. “En caso de ocurrir una desgracia, Petroecuador debe responder por eso, no el Municipio”, añadió el burgomaestre, quien finalizó que la ruta alterna fue irrespetada.