El centro de Retención Policial se encuentra abarrotado de vehículos que brindaban servicio de taxi sin tener el permiso correspondiente.

Hasta las 14:00 de ayer, señala el teniente Carlos Peralta, subjefe de Tránsito de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), se detuvo a 486 vehículos no formalizados por la Ley que circulaban receptando o dejando pasajeros.

La CTE, explica Peralta, ha intensificado desde el 26 de agosto los operativos destinados a estos vehículos. En los controles han participado todas las delegaciones de tránsito de la ciudad, dice el teniente.

En la ejecución de estas operaciones también se retuvieron 30 motos sin identificación.

Estos operativos, advierte la institución, continuarán de forma intensiva,  incluso la CTE planea alquilar un nuevo terreno para almacenar los automóviles detenidos.

Aquella situación preocupa a ciertos conductores considerados informales.

Jorge, conductor no regularizado desde hace tres meses, argumenta que sólo realiza este trabajo porque se encuentra en el desempleo. “No tengo el dinero que se paga para ingresar a una  cooperativa de taxis y esto para mí es algo temporal hasta que me salga algo estable”, sostiene el improvisado taxista.

Esta modalidad de trabajo, competencia de los taxis regularizados,  ha sido catalogada como “cáncer” por el presidente de la Unión de taxistas del Guayas, George Mera.

Ayer en la manaña los agentes de tránsito se apostaron en la avenida Pedro Menéndez Gilbert y en la Francisco de Orellana, dos arterias en las que pululan los taxistas irregulares.

En esta última avenida, en el sector ubicado frente al Word Trade Center, se evidenciaba cierta tensión entre los conductores informales y los uniformados de la CTE que les solicitaban  su registro.

Actualmente las unidades sancionadas están en el Centro de Retención Policial, donde permanecerán por un mínimo de siete días.

Para recuperar sus automotores, los choferes deberán cancelar una multa de dos remuneraciones básicas unificadas, es decir  $ 528.

También perderán 10 puntos en sus licencias de conducir.

Esta contravención está tipificada como “muy grave” en la Ley y en el caso de reincidencia la multa  para el conductor será de $ 1.056.

Según los reportes de las diferentes delegaciones, los taxistas no formales operan principalmente en el norte de la ciudad.

Han sido identificados como sectores de gran atractivo para este servicio, la avenida Delta, la parada de la Metrovía ubicada frente a la base naval y los exteriores de los centros comerciales de la urbe.

Daniel Cevallos, un joven que suele utilizar los denominados taxis “piratas” para llegar a la Universidad de Guayaquil, aduce que prefiere esta modalidad porque le cobran cincuenta centavos  menos desde su casa ubicada en Urdesa.

“He pagado $ 2 en los piratas y hasta $ 3 me piden en los formalizados”, dice el  joven que desconoce la ilegalidad del servicio.

En los operativos también resultaron detenidos los vehículos que con  permiso para taxi ejecutivo, recogían pasajeros en las calles.