En el Cristo del Consuelo, el cliente escoge a su tilapia viva

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que de enero a marzo de 2017 se comercializaron 180.000 toneladas de tilapia (entera o filetes congelados) en el mercado internacional.

Los principales importadores de tilapia son Norteamérica, México, Costa de Marfil e Irán. Entre los mayores exportadores están China, Taiwán, Tailandia e Indonesia.
Ecuador en 2017 y en el mismo período exportó 424.311 libras de ese producto a Estados Unidos.

En Guayaquil, la mayor cantidad de venta del pez se realiza congelada. Es posible encontrarla en supermercados, pero desde hace un mes -aproximadamente- este pescado se lo puede encontrar vivo en las calles Leonidas Plaza y Francisco Segura, sector del Cristo del Consuelo, sur de la urbe.

En este sitio, la familia Vera decidió emprender y buscar una alternativa a su economía instalando un negocio que llama la atención de los de transeúntes de la zona.  

Steven Vera es el encargado de poner a punto la piscina, donde desde las 08:30 se puede observar  más de una docena de tilapias rojas, ejemplares que se comercializan dependiendo del peso.

“La estructura es de vidrio y puede albergar hasta 120 peces de media a dos libras de peso, pero por ahora preferimos darles espacio y que las personas vean lo que tenemos por esa razón se coloca solo una docena”, comentó.

El emprendedor manifestó que para empezar el negocios analizaron primero la cadena de valor. En el proceso se encontró que en promedio las compras congeladas tienen químicos y los sitios donde se adquiere fresco están lejos e implican un gasto adicional.

Ante esto, se decidió aplicar a la venta suprimiendo las desventajas para los compradores, siendo estos la fortaleza del negocio.

“Mi papá, en Mocache, junto con un amigo decidió empezar a criar tilapia, pero llegar a vender a Guayaquil fue una aventura debido a que poco se comercializa de esta manera el pescado en la ciudad, somos los primeros en esto”, dijo Vera.

Las ventas en el local de propiedad de los Vera se dan hasta las 21:30 todos los días, dependiendo de la afluencia de compradores.

Ser los primeros en algo es complicado, pero en las semanas iniciales la acogida que hemos recibido es aceptable, refiere Carmen Herrera, tía de Vera.  La señora de 41 años asegura que la reacción de los moradores de la zona y los transeúntes ha sido mejor de la que esperaban gracias, en parte, al precio de la libra del producto que es de $ 2,50.

“La carne de tilapia contiene ácido DHA que es recomendable para las mujeres embarazadas. Además posee proteínas, aminoácidos, complejo B, vitaminas D y E”, dice Carmen.

Herrera, de 41 años, dice que las personas atraídas por los peces, al principio piensan que es un acuario, pero al poco tiempo se dan cuenta que se vende tilapia y se sorprenden.  En supermercados el valor del pez es de $ 5,50; si tiene mayor procesamiento se expende en $ 7.10, los 450 gramos (una libra) congelado.

Juan Ponce, morador de la zona y mecánico de profesión, cree que este tipo de negocios se deben impulsar y apoyar debido a que representan un cambio sustancial a la calidad de lo que comemos.

“En la actualidad casi todo lo que consumimos tiene químicos y encontrar productos ricos en vitaminas naturales es casi un privilegio por eso se debe apoyar estos empredimentos, menciona el oriundo del cantón Pasaje, provincia de El Oro.

Con días buenos y otros no tanto para vender, la familia Vera no desmaya en la idea de innovar y expandir el negocio en la urbe porteña. (I)