En el centro de la urbe se vende artículos esotéricos
En el centro de Guayaquil, el popular Mercado Central es el epicentro en el que confluye el comercio de todo tipo de artículos que, a según los comerciantes, sirven para contrarrestar las malas energías.
Las rosas, los envases con agua florida, los cigarros y decenas de diversas esencias llenan las estanterías de varios locales del Mercado Central.
Al ingresar por la puerta de la calle Clemente Ballén se observan estos productos para la venta.
Por lo menos cinco locales promocionan su curiosa oferta. Un penetrante olor dulce invade el ambiente y los caminantes confunden el origen del aroma entre las flores y los productos que atraen la suerte.
Rosa Álvarez, dueña del local 215, comercializa artículos para limpiezas y curaciones, hace 30 años. Con este negocio ha pagado los estudios universitarios de sus dos hijos.
La variedad de hierbas que ofrece complica explicar cada función.
“Los montes agrios son para sacar la salazón: el álamo, el mastranto y el abejón. El monte dulce es para el florecimiento: cedrón, tilo, vara de justicia…”, dice.
Álvarez cuenta que nunca ha tenido problemas por el tipo de mercancía que comercia. Además, que dentro del mercado no se realiza ningún tipo de “trabajo” porque no está permitido.
Los comerciantes señalan que populares presentadores de televisión y futbolistas llegan hasta el mercado para abastecerse de hierbas amargas y otros implementos que son para hacer limpiezas de malas energías. Los conocidos clientes llegan a la plaza disfrazados, pero esconderse del rumor popular no es fácil.
En el “callejón de los brujos” los precios no son elevados. Jabones y esencias cuestan $ 1, las hierbas rondan $ 2, seis rosas cuestan $ 1, entre otros.
Pero el comercio de artículos esotéricos ha colmado las calles cercanas al Mercado Central. Entre los servicios que se ofertan están la lectura del tarot, aparentes “amarres amorosos eternos” para los que, según los comerciantes”, basta una fotografía del ser querido y limpieza de energías negativas.
En la esquina de 10 de Agosto y Chile, un almacén divide su oferta entre ropa y artículos esotéricos. Perfumes para atraer el amor, para la suerte y el dinero, figuras de divinidades asiáticas, hasta productos para limpiar el hogar, se encuentran en las estanterías.
En los exteriores de la Catedral de Guayaquil, en la esquina de 10 de Agosto y Chimborazo, los pequeños quioscos verdes ofrecen también productos como esencias aromáticas, velas de colores y la conocida “agua de rosas”.
Incluso, crucifijos, imágenes de santos y rosarios, símbolos propios de la religión católica. Aunque no quieren dar sus nombres, las vendedoras afirman enérgicamente que ese tipo de ventas “no tiene nada de malo” y aclaran que “siempre se debería usar esto para limpiarse de las malas energías”.
La oferta de servicios esotéricos es significativa. Una rápida búsqueda por internet, Google arrojó 292.000 resultados al escribir brujería en Guayaquil.
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