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Los residentes obtienen agua potable de una manguera que está en la calle

En el barrio La Orilla varias generaciones han vivido en covachas y sin servicios

Las casas de tablas y piso de tierra forman un angosto callejón en las calles Límber y Estrada Coello (en el sur). Los vecinos usan nailon para asegurar sus puertas. Foto: Edison Aleaga.
Las casas de tablas y piso de tierra forman un angosto callejón en las calles Límber y Estrada Coello (en el sur). Los vecinos usan nailon para asegurar sus puertas. Foto: Edison Aleaga.
15 de junio de 2014 - 00:00 - Edison Aleaga, Estudiante de la Universidad Laica Guayaquil

El buzo Manuel Ramírez inicia su jornada a las 05:00, en la calle Límber y Estrada Coello (en el sur). A esa hora está ataviado con overol y gorra azul. Va hacia su trabajo, en la I Zona Naval. A esa hora de la madrugada ve a su vecina Ana Pacheco llenando 6 canecas de agua. El líquido lo obtiene con un trozo de manguera que sobresale del suelo.

Para los habitantes de La Orilla (así le dicen a esta parte del barrio) es la  única manera de proveerse de líquido.  De esa fuente se sirven 55 familias de la zona.

Los inmuebles de esas calles, en su mayoría, no tienen más de 10 metros cuadrados. Abundan las covachas de tablones y piso de tierra. Sus moradores sacan recipientes y los llenan o esperan que alguien comedido los acerque.

Las casas levantadas en esas calles han formado un estrecho callejón. Las cuatro generaciones de personas que han habitado allí han improvisado ciertos detalles en sus viviendas. Unos cubren sus ventanas con tela poliéster (para que no entre el polvo) y otros deben asegurar sus puertas con cordón de nailon (para que no roben).

Además, ningún vecino dispone de servicios básicos: agua potable o energía eléctrica legal (todos roban luz). ¿La razón? Son terrenos no regularizados.

Según Xavier Narváez, exhabitante del sector y actual director de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil, tampoco “se pueden legalizar”.

Narváez adelantó que existe un plan de reubicación para 54 familias del barrio Cuba. “Se ha considerado un traslado a otro sitio en donde (…) tendrán lo que no tenían antes: servicios básicos, escrituras y una vivienda”. Solo una de las edificaciones no está contemplada en el plan por ubicarse sobre el agua (...)”. El director de este departamento sustenta sus afirmaciones en 3  oficios remitidos por el Alcalde de Guayaquil.

En el primero, del 3 de enero de 2014, el personero municipal encarga a Jorge  Berrezueta, director de Obras Públicas Municipales, que “en el proyecto  viviendas para la reubicación de las 54 familias en el predio signado  con el código catastral N° 23-0021-001 Barrio Cuba (…) continúe con los trámites pertinentes”.

El terreno en mención está  en la intersección de las calles José Vicente Trujillo y 5 de Junio y era propiedad de una familia de apellido Yang. Este predio fue declarado de utilidad pública tras la solicitud  enviada por Nebot, el 26 de septiembre de 2014, a la dirección de asesoría jurídica del Municipio.

El proyecto de reubicación, impulsado por Narváez, no es conocido por la mayoría de moradores. Quienes saben prefieren mantenerse desconfiados y esperar.

Las familias de esos asentamientos, que se consideran los guardianes del sector, coinciden en que no hacen daño a nadie.

Gran parte de ellas, gracias a que viven en la orilla, tienen trabajo y una fuente de ingresos. Muchos se dedican a la manufactura de pilotes de madera (para la construcción), pesca, edificación de muelles y buceo (para  la búsqueda de chatarra)”.

La reubicación de todas las familias implicaría la descongestión de  la zona y liberaría al río Guayas de los desechos que, de forma directa, van a las aguas.

Xavier Narváez (sobre la futura utilización de estos espacios) dijo que se los anexará a los Salesianos (Universidad Politécnica Salesiana) para que se haga un espacio verde o un área de contemplación.

Mientras tanto, los habitantes del Barrio Cuba –que abarca desde  Chambers hasta Pancho Segura y de Rosa Borja de Ycaza a la ría- viven sin sobresaltos. Así como cuando unos cubanos llegaron a vivir ahí (a eso le debe su nombre el sector). La gente también decía que era una pequeña La Habana, porque los barcos  atracaban en el sector.

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