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Desde el puente que cruza el río vinces, en la ciudad del mismo nombre, los jóvenes realizan sus piruetas

El salto al vacío de los clavadistas del río

El salto al vacío de los clavadistas del río
20 de febrero de 2016 - 00:00 - Marcel Bross y Pedro Moncada. Estudiantes de la ULVR

El día empieza con los primeros rayos del sol y el lángido canto de un gallo. Arón salta de su cama, se baña, come algo ligero y de inmediato se marcha a entrenar. Su madre lo despide con un beso en la frente. Es tarde de un sábado y lo que más le desea su progenitora es suerte. El trabajo que él realiza no es fácil. Debe tener mucho cuidado y entrenar siempre los trucos que realiza cuando está brindado un espectáculo a orillas de río Vinces.

Cerca de las 15:00 se reúne con sus amigos y luego de estirar un poco las piernas y los brazos, planifican el tipo de clavados que harán. Así, casi 10 jóvenes se desean suerte para empezar el espectáculo y las personas se comienzan a acercar a los clavadistas.

La parte más alta del puente es el escenario perfecto para empezar; el corazón se acelera y la gente se ve cada vez más pequeña y los aplausos resuenan en los oídos del chico que se deja caer esperando que la gente demuestre su euforia.

La técnica de la caída es fundamental. Siempre van con mente positiva, cuenta Arón. “Es bueno saber que siempre sale como se piensa, aunque en ocasiones se necesita que el viento sople en contra para una mejor caída. Pantalones cortos y camisetas sin mangas son los atuendos que se requieren. Se traga un poco de saliva y se realiza todo lo que se ha practicado en días anteriores.

El clavadista sabe que su continuidad y su éxito en esta actividad depende de lo que pueda demostrar. Es muy sencillo para sus compañeros burlarse al verlo saltar mal, al igual que abrazarlo y felicitarlo luego de un excelente salto.

Los clavadistas saben lo que está en juego y simplemente deben hacerlo bien para continuar siendo parte del show principal en este deporte. Mientras, en las orillas del río y sobre el puente la gente aplaude. (I)

Esfuerzo para lucirse

El salto se lo perfecciona entrenando

Cuando el primer salto es perfecto, es una muestra rotunda de que el día será bueno. Los aplausos de los espectadores hacen emocionar a los clavadistas. Ellos saben que será un gran día de trabajo, algunos les lanzan monedas que a ellos les sirven mucho. Aseguran que lo que más les inspira son los aplausos y el reconocimiento de la gente. Cada vez que tienen que entrenar lo hacen con mucho ahínco. El objetivo principal es ser expertos en los saltos. (I)

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