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La concesión del espacio público en el puerto principal continúa

El Malecón 2000 se transforma de zona para admirar la ría a corredor comercial

En este sitio del Malecón 2000, subsector V, estará una construcción para 2 locales de comidas. Antes, desde los exteriores de la cerca, se podía observar el Río Guayas. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
En este sitio del Malecón 2000, subsector V, estará una construcción para 2 locales de comidas. Antes, desde los exteriores de la cerca, se podía observar el Río Guayas. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
17 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Con la próxima instalación de las cadenas Sweet and Coffee y Chop Chops, el Malecón Simón Bolívar, de 2,5 km de extensión, tendrá unos 250 espacios entregados al sector privado para distintas actividades.

Un equipo periodístico de EL TELÉGRAFO efectuó ayer un conteo rápido para verificar qué tipo de negocios están en el principal paseo que tienen los guayaquileños en el centro del cantón.

Las tiendas de ropas y los espacios destinados para la venta de comidas preparadas predominan (ver el gráfico).

Un hecho que llama la atención es que solo una marca de gaseosas y otra de helados se expenden al interior de este parque.

Respecto a cuánto cancelan a la Fundación Malecón 2000 quienes disponen de un espacio, las personas encargadas prefirieron no comentar.

Sin embargo, la expropietaria de una cafetería ubicada en un lugar cerrado, con mesas y vista al río, cancelaba, hace casi un año, cerca de $ 2.000.

Otro ciudadano manifestó que por un establecimiento pequeño, hasta 2013, el valor oscilaba entre $550 y $600.
No obstante, la forma que va tomando uno de los íconos de Guayaquil ha generado críticas.

En Samanes 1, el Municipio realiza obras para arreglar la av. Francisco Rizzo, mientras que los habitantes manifestaron su temor por el potencial retiro de los árboles, que llevan más de 30 años en el sitio. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo

Para David Hidalgo, miembro del Selectivo Colectivo de Arquitectura y  máster en Preservación de Patrimonio Urbano, saturar al Malecón Simón Bolívar de locales para comer no es necesario.

“Un restaurante poco o nada le aporta a un sitio que ya está funcionando (desde el punto de vista turístico y comercial)”.

Desde su perspectiva, esos recursos deberían orientarse a espacios urbanos que actualmente no están posicionados.      

El alcalde Jaime Nebot Saadi, en repetidas ocasiones, ha señalado públicamente que muchas de sus obras inciden en la masiva presencia de turistas en la ciudad y, en consecuencia, en la reactivación económica.      

Pero Hidalgo cuestiona dicha lógica de mercado, pues considera que esos recursos solo se quedan en la Fundación Malecón 2000.  “Es debatible el beneficio multiplicador”.

Precisamente, el 30 de enero de 1997 el Municipio de Guayaquil le entregó el espacio en comodato por 99 años para que lo administre. Su obligación es mantenerlo, conservarlo y mejorarlo.    

“La Fundación podrá entregar en arriendo o concesión y sin comprometer el dominio del bien, las obras o edificaciones de carácter comercial que se ejecuten o construyan en el área entregada en comodato, las mismas que no podrán exceder el 20% de implantación de la superficie total de la referida área”.     

Asimismo, mediante ordenanza expedida en agosto de 2009, la administración socialcristiana reguló la explotación comercial de locales e instalaciones municipales administrados por entidades privadas.

Empero -agrega Hidalgo- la fórmula de éxito comercial no es del todo efectiva, pues “se puede analizar el caso de Puerto Santa Ana, donde hay lugares que siguen sin ser utilizados, en los que se invirtió mucho dinero, sin generar”.

En ese sentido, la concejala Lídice Aldás observa que los comerciantes más pobres no se benefician de la obra, ya que no pueden ingresar a expender sus productos. “Nadie puede vender una botella de agua (hay locales concesionados que la expenden)”.

La visión a la ría es otra de las defensas que se hace. La edil del bloque PAIS sugiere que se podría estar perdiendo al llenar el sector de restaurantes y otros locales. “La intención es que el área mejore en términos del verdor”.

En cambio Hidalgo cita como un error lo que se hizo en zonas cercanas al Malecón.

“Todo el proyecto de Ciudad del Río tapó la vista del Cerro Santa Ana. El diseño debería estar considerado aprovechando todas las visuales del lugar”. (I)

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