El 'guerrero' campéon sudamericano

Recordar cada una de las fechas y los momentos exactos es lo que más le agrada a Eloy Guerrero Sánchez. Algunos lo conocen como el beisbolista de la historia y otros como el líder de la barriada. Y no es para menos, la historia de su vida tiene ambos rasgos.

En la historia de la pelota chica tiene un espacio bien ganado: fue 2 veces campeón sudamericano de béisbol, primero en 1963, en Buenos Aires, frente a Argentina Brasil, Chile y Perú, y luego, en 1966, en Guayaquil contra Brasil Perú y Argentina.

Recuerda que sus inicios en este deporte fueron a raíz de una visita de la señora Eva Chacón, quien tenía un hermano que jugaba béisbol en Barcelona. Ella era amiga de su mamá y fue quien lo invitó a ver un partido de béisbol. “Con la ayuda de un lápiz y un papel me indicó en qué consistía el juego”, rememora.

A los 8 años empezó a visitar las canchas y observar cada movimiento de los jugadores. Atrás del American Park, en 1945, presenció por primera vez un juego de béisbol entre Barcelona y Oriente.

En esa época vivía en el Astillero pero la mayor parte del tiempo en su querido y recordado barrio Orellana. Allí empezaron, entre amigos, a practicar y a armar un grupo de jugadores. No tenían guantes, peor pelota, pero poco a poco fueron creando un buen equipo.

Barcelonista de toda la vida, en 1954 debutó en el béisbol a los 18 años con la camiseta del Club Sport Emelec. Aclara que fue por un préstamo de uniformes. Casado con María del Carmen Bejarano y padre de 4 hijos, siempre se ha caracterizado por ser un buen esposo y un excelente padre, reconoce su hija, María Auxiliadora Guerrero. “Mi papá para mí es un héroe. Tiene un sentido del humor único, es un padre ejemplar y siempre ha querido lo mejor para nosotros. Recuerdo que de niña me llevaba junto a mis hermanos a las canchas de béisbol”.

Ernesto Silva, exjugador de béisbol, afirma que más que un entrenador Guerrero se convirtió en una figura paterna para cada uno de los jugadores del equipo. “Veía por nosotros tanto dentro como fuera de la cancha, es más, el primer par de lentes que tuve fue un obsequio suyo. Tenía un compromiso que tenía con cada jugador”.

Jorge Miranda quien también fue jugador de uno de los clubes que Guerrero dirigía, afirma que él siempre fue una persona diferente al resto. “Cuando nos daba sus charlas técnicas era muy original, siempre fue líder con toda la gallada de su época y cuando fue mi entrenador fue el mejor líder”.

Efraín Zurdo, amigo de Guerrero, dice que más allá de la gran amistad que los une, él es un referente del béisbol ecuatoriano y un lujo de ser humano.

“Excelente administrador del encargo más importante que nos hace la vida, la familia, un amigo ejemplar y profesional de primera”. (I)