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El decano de la sazón del centro de la urbe

El decano de la sazón del centro de la urbe
27 de agosto de 2016 - 00:00 - Redacción Guayaquil

orge Jungbluth, a pesar de sus 95 años, se mantiene lúcido. Su recuerdo más recurrente de la infancia data de cuando tenía 6 años, en su natal Babahoyo, donde jugaba con sus amigos con una piola y un palo para atrapar chapuletes.

Llegó a Guayaquil a los 13 años junto con su familia. Estudió en el colegio Vicente Rocafuerte hasta el tercer año. Recuerda que en esa época la ciudad no tenía muchas calles pavimentadas y que la movilización se realizaba en tranvía.

Trabajó a los 18 años en La Favorita y La Jabonería Nacional. A los 20 laboró en la hacienda Los Álamos junto a su padre, Juan Jungbluth, quien era asistente de Agustín Febres Cordero.

Estuvo unos meses desempleado, un día, revisando los diarios, vio un anuncio en el que se ofrecía en venta un restaurante que se llamaba Café Árabe. Consultó con su esposa, Marianita Jalil Rodríguez, ahora de 85 años, y decidieron comprarlo.

El lugar se mantuvo desde 1967 hasta 2002. Pero el edificio en donde estaba ubicado, en el centro de la ciudad, lo compró la Municipalidad de Guayaquil. Entonces decidió montar el restaurante El Puerto —en 10 de Agosto y Pichincha— que tiene 14 años funcionando.

Marianita lo identifica como un hombre muy trabajador y solidario. Lo conoció un día que fue a la farmacia que ella atendía en Bahía de Caráquez a comprar medicinas.

“Se trata de un hombre muy galán, de buenos modales. Me iba a visitar a la casa y empezamos a salir”. En 1951 se casaron. Ahora tienen 66 años de matrimonio. “Yo creo que esta unión es para toda la vida”.

José Merchán de 56 años es empleado privado y almuerza en el restaurante de Jungbluth desde hace 12 años.

Cuenta que no solo se destaca como propietario de un restaurante con buena sazón, sino también porque alguna vez ejerció un cargo público.

“Trabajó como Intendente de Policía del Guayas durante un mes porque cambiaron al ministro de Gobierno”.

Carlos Lucero de 71 años conoce más de la vida de Jungbluth, algunas veces se queda conversando con él luego del almuerzo o con comensales que son amigos desde hace muchos años.

“Esta pareja (Jorge y Marianita) tuvo 3 hijos. El mayor se llamaba Johannes; el segundo Elvin Hjalmar y su tercera hija se llama Úrsula Ericka. A su primer hijo lo asesinaron en el restaurante y su segundo hijo sufrió un ataque al corazón. En la actualidad su hija Ericka vive en Quito y es gerente de una empresa nacional”.

Ya solos, acogieron en la familia a Diana Valdés. Ella es como una hija a quien llaman con cariño ‘’la negrita’’.

Diana cuenta que Jorge y Marianita son sus padres, ya que vive con ellos desde que tenía 9 años. Ahora tiene 56.

Ahora ella es la administradora de El Puerto.

“Tuve suerte de tener un padre así, un hombre inteligente, trabajador, que siempre estuvo pendiente de su familia.

He visto a mi padre trabajar muy fuerte. Es un hombre muy sensible a quien le gusta la poesía. Un ser humano cuyas acciones han sido muy transparentes”.

Jorge es de esos que no se amilanan por nada, asegura su esposa. “Yo lo he visto emprender, trabajar con ahínco, muchas veces caer y levantarse. Creo que es un ser humano muy fuerte.

Ahora vivimos en calma. Y como él dice, “a mis 95 años puedo dormir con mi conciencia tranquila porque jamás le hice daño a nadie”. (I)

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