El chino que dejó el chifa por una dulcería

Llegó a Ecuador hace 39 años. Sus padres decidieron emigrar desde su natal China porque a su abuelo materno le iba bien en el negocio de los chifas.

Desde ahí se enamoró del país y solo regresaría a China por turismo. Sus primeros años en Ecuador los vivió en Quito, pero hace 20 arribó a esta ciudad junto a su esposa, Mónica Lie, y sus hijos, Mishell, de 24 años, y Bryan, de 18.

Ahora, con 49 años, dice que fue una gran decisión vivir en Guayaquil porque es una urbe muy comercial.

Su primer negocio fue el chifa Jumbo, que estuvo ubicado frente al Museo Municipal, pero como existía mucha competencia decidió cerrarlo y montar una actividad comercial atípica: una dulcería china que ofertase productos muy similares a los que elaboran en su país.

El lugar está ubicado en Sucre 506 entre Chimborazo y Boyacá. Ahí ofrece 12  variedades de panes y dulces, como bonyou, monocake, baozi y cha siu bao, recetas que aprendió de su padre.

Jorge Mariscal, de 37 años, es uno de sus clientes. Asegura que los dulces son de buena calidad y que en su casa sus hijos los consumen. “No es la típica panadería de panes tradicionales. Se nota que existe mayor trabajo en la preparación”.

Wei Kuan-yi es compatriota de Lee, tiene 2 años en el país y es uno de sus asiduos compradores. Para él, comer un monocake es como estar en su país. “Sé que Lee se esmera en hacerlos parecidos a los verdaderos y eso es lo que nos agrada. Pero veo que los ecuatorianos también disfrutan de los dulces chinos”.

Carlos Holguín, de 28 años, es otro de los clientes que visita el lugar.  A él le llamó la atención este tipo de dulces porque jamás los había visto en otro lado. “Además, me gusta la amabilidad con la que Lee atiende a sus clientes. Él explica los ingredientes y tiene mucha paciencia”. (I)