El Cementerio Patrimonial de Guayaquil se prepara para conmemorar su bicentenario
Desde que el Cementerio General de Guayaquil pasó a ser Patrimonio Cultural Nacional en 2003, la labor de autoridades gubernamentales, educativas, turísticas y de la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) —que lo administra desde 1888— ha sido preservar y destacar la relevancia cultural e histórica en recorridos, reportajes y hasta libros.
El objetivo se centra en posicionar el camposanto como uno de los destinos turísticos principales de la urbe —que se acerca a su bicentenario en 2023— para que la Unesco lo declare Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Roberto Wong, jefe de Operaciones del Cementerio Patrimonial, comenta que esta labor de conservación también les pertenece a los propietarios de un 20% de mausoleos ubicados en áreas declaradas patrimoniales que están en deterioro. “Tenemos 6 años trabajando en esto, hemos pedido apoyo a la prensa para que difunda el llamado para que reparen y arreglen los mausoleos”.
Historia de su expansión
Los orígenes de este panteón datan luego de la anexión de la Provincia Libre de Guayaquil a la Gran Colombia, por una disposición del Libertador Simón Bolívar, quien regentó el terreno y lo fundó durante una ceremonia de bendición, el 27 de abril de 1822. Así registra una memoria del Instituto de Patrimonio y Cultura (IPC).
Juan Francisco Ycaza fue su diseñador. Es reconocido por los trabajos de reparación de la Torre Morisca, y fue quien decidió la ubicación al pie de las laderas del cerro Santa Ana.
El historiador Ángel Emilio Hidalgo relata que la razón de su creación se debió a los problemas sanitarios que causaban los entierros en los predios de las iglesias.
En 1842 Vicente Rocafuerte lo expande y convierte en cementerio comunitario por la falta de espacio para enterrar a las víctimas de la epidemia de fiebre amarilla que tomó la vida de más de un centenar de guayaquileños.
Riqueza arquitectónica
Wong manifiesta que la clase elitista trajo de Europa una tendencia que se enmarca desde la puerta 3, donde yacen destacados presidentes y próceres de la independencia como el general Eloy Alfaro, Vicente Rocafuerte, José Joaquín de Olmedo y Jaime Roldós Aguilera.
El IPC amplió la delimitación de sectores donde hay mayor concentración de bienes funerarios declarados patrimoniales, contabilizando 255 por su alto valor estético.
Las obras fueron talladas en bronce y con mármol de Carrara, originario de Italia. Sobresale el cincel de Enrico Pacciani, Luigi Milani, Carlos Bartoli, Francesco Muccerdini, Emilio Soro, Macaferri, Mario Gerardi, Pablo Russo, Capurro y Bosetti.
Desde la puerta 4 a la 7 la tipología arquitectónica se impone entre lo neoclásico, lo gótico, lo barroco y lo renacentista. En adelante se observa el decrecimiento económico que atravesó el país en la década del cincuenta, por la sencillez estructural de los edificios y sus nichos.
Libro y folletos turísticos
En 2011 el IPC capacitó a 78 guías turísticos para recorridos en el cementerio. Mientras que el aporte de la JBG y el Municipio de Guayaquil fue un mapa con 4 rutas que describen su historia, personajes ilustres y bellas esculturas.
En 2015 la JBG publicó el libro Cementerio Patrimonial de Guayaquil con 157 imágenes del fotógrafo Arcadio Arosemena. Considera que es “un lugar para redescubrir la belleza del ser humano a través de sus monumentos espectaculares, para encontrar la paz interior leyendo los epitafios y hasta ejercitarse por la entretenida caminata”. (I)