El callejón 28 de Mayo, una cápsula del tiempo en el sur de Guayaquil
El callejón 28 de Mayo es una estampa guayaquileña antigua, escondida entre las calles Guaranda y Pío Montufar, al sur de Guayaquil.
Con algo más de 100 metros de largo, este espacio es la división entre 2 manzanas. Se trata de las primeras construcciones que realizó el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en los años cuarenta.
El lugar adquirió su nombre luego de la revuelta popular del 28 de Mayo de 1944 que derrocó al presidente de la República, Carlos Arroyo del Río, para instalar el gobierno de Velasco Ibarra, en lo que sería su segundo período, así lo recuerda Solón Guerrero Metzet.
“Para estos años se suscitaron enfrentamientos en el cuartel de los Carabineros —donde actualmente se ubica la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE)— en las calles Cuenca y Chimborazo, algo que difícilmente se podría olvidar”.
El hombre de 86 años, cuenta que, en compañía de otros amigos de su época juvenil —años en que se dieron estos hechos— forjaron el nombre del callejón.
“El fervor de lo que consideramos un acto cívico sumado a la algarabía de nuestros años mozos nos llevó a hacer carteles con la fecha 28 de Mayo para denominar al lugar donde vivíamos. Esto en medio de gritos en favor de Velasco Ibarra” menciona el hombre, quien aún reside en el sitio.
Sobre estas andadas en revueltas Miriam Rugel, de 61 años, recuerda las historias que los ‘mayores’ contaban sobre estos hechos.
“Parte de esas reyertas tocaron al barrio en el que para entonces existían pocas casas donde lograban refugiarse los combatientes y que, para la época, era de lo más apartado de Guayaquil, refiere Miriam, quien lleva más de 50 años en el sitio. Las cuadras aledañas eran esteros que luego se poblaron con asentamientos irregulares, agregó.
La mujer dice que en conmemoración a la revuelta en años posteriores y hasta hace poco tiempo se realizaban grandes actos ceremoniales gracias al aporte de los dueños de estas casas de la época. Ahora con la llegada de inquilinos a varias viviendas de la cuadra 28 de Mayo poco fervor cívico se siente.
“En las viviendas recuerdo que se colocaban las banderas de Guayaquil y de Ecuador, se hacían retretas por las fiestas del callejón y por la ciudad”.
Miriam menciona que este lugar tiene un encanto especial para las cámaras. Por ello han perdido la cuenta de las filmaciones que se han realizado en el lugar, pero estima que son más de 30 comerciales publicitarios realizados entre empresas privadas y entes públicos.
Esta versión la respalda Jimmy Rugel, quien recuerda que en la casa de su hermana, Miriam, se filmó una de las escenas de la película Sin otoño sin primavera.
La cinta se rodó en 2012, bajo la dirección de Iván Mora Manzano. En esa ocasión, el pago por prestar parte de la vivienda fueron las invitaciones a la presentación de la cinta así como los agradecimientos para la familia Rugel”, dijo el hombre de 52 años.
Además cuenta que la llegada de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) al sector sirvió para que la delincuencia se aleje con la implementación del botón de pánico.
El hombre asegura que personas identificadas con la Escuela Superior Politécnica del Litoral y encargadas de hacer un reporte del lugar, para el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, hicieron una evaluación del lugar para que esté en la lista de patrimonio arquitectónico de la urbe. De este trabajo nada se supo después.
Las casas del callejón 28 de Mayo tienen similitudes arquitectónicas entre ellas. Ahora ocupa un espacio en la memoria del Guayaquil de antaño. De esa urbe añeja que habita en ciertos recovecos. (I)
