"El avance tecnológico nos volvió dependientes"

El mundo cambia y las generaciones también, especialmente con los avances tecnológicos. El mundo moderno ha traído grandes beneficios a la humanidad pero de la misma forma nos ha vuelto dependientes, sedentarios e insensibles.

Existe una brecha grande entre la generación antigua y la actual, en este caso nos referimos a los más pequeños, a los niños. ¿La tecnología ha invadido la niñez? La psicóloga clínica Ana Bravo Flores, quien ha trabajado con niños y adolescentes, menciona que, “efectivamente la tecnología ha quitado de cierta forma esa infancia en que los niños se movían de un lado a otro y usaban la creatividad inventando personajes o juegos”.

Bravo recalcó que el cambio no ha sido solo en los niños, sino en los adultos. “La prioridad ha cambiado, ahora más importa tenerlo entretenido que dejar que el niño conozca el entorno o se desarrolle socialmente”.

Y es que quedan muy pocos de aquellos niños que aún juegan usando su imaginación, por ejemplo marcando con un pedazo de carbón o tiza en el patio de la casa o en la calle varios cuadros unidos con los que posteriormente tendrán que cantar y saltar con solo un pie e intentar no caer, así contó Marieta Soria, quien a sus 52 años recuerda que su juego favorito en la infancia era la rayuela.

Por su parte, Ivette Espinoza, educadora de la escuela fiscal Clara Bruno de Piana, mencionó que el juego con el que más se divertía era las ‘cogidas’, con sus amigos del barrio. Agregó que la tecnología en los niños puede ayudar de cierta forma a obtener conocimiento de manera entretenida, como con canciones para enseñar vocales, números; sin embargo, cree que su uso debe ser controlado por los padres.

Existen cambios sociales entre la niñez de antes y la actual. Bravo explicó que en el ámbito escolar el niño ahora se muestra más inquieto en el aula porque no se lo mantiene ‘entretenido’ como en casa. En la escuela debe desarrollar otras capacidades que tal vez las pudo obtener en casa como: la interacción con otras personas, investigar el entorno, seguir consignas dentro de un lugar; en el caso del hogar, las normas que los padres dan a sus hijos. “El no tener el contacto prioritario persona-persona, que es lo que antes se le daba, y solo mantener contacto con el artefacto tecnológico, hace que el niño se aísle y posteriormente le cueste socializar en su entorno”, expresó Bravo.

Entre los cambios físicos, un niño con poca movilidad tiende a convertirse en una persona sedentaria, por consiguiente podría sufrir trastornos alimenticios, como la obesidad, sin mencionar que la sobreexposición a pantallas como las del televisor, tablets, celulares, etc. afectan a la vista, tanto a grandes como a pequeños.

No existe una edad específica en la que un niño deba tener un aparato tecnológico. La psicóloga clínica Ana Bravo consideró que cuando el padre observe que el niño ya puede ser responsable de un artefacto se le podría facilitar, siempre y cuando sea él quien controle el contenido en el cual se sumergen sus niños, además de limitar su uso.

La transformación de la infancia es evidente, ahora los niños por lo general se entretienen viendo mucho tiempo la televisión, así como usando por largos períodos tablets, celulares, playStation, entre otros. No se pretende satanizar a la tecnología, sino más optimizar su uso, caso contrario, habría consecuencias negativas.

Los padres deben presentar a sus hijos las diferentes formas de divertirse disfrutando la naturaleza, utilizando la imaginación y la creatividad, para que no se pierda esa infancia en que los juegos tradicionales nos hacían reír, sudar, cantar, llorar, conseguir nuevos amigos, ya que son parte de nuestra ciudad, parte de nuestra cultura. (I)

Reduce la creatividad

Lo moderno 'enloquece' a los menores de edad

Cada vez más niños recurren a la tecnología para divertirse (iPads, videojuegos, teléfonos inteligentes), algo que, según los especialistas, reduce las posibilidades del desarrollo de su creatividad y su imaginación, además de crear obstáculos para su desarrollo sensorial y motor, escribe el portal polaco wSIECI.

“Las tabletas y los teléfonos inteligentes distraen la atención, tanto de adultos como de niños. Esto es causado por un excesivo número de factores irritantes (imágenes coloridas, películas, enlaces) y la capacidad de moverse rápidamente de una cosa a otra (haciendo ‘clic’). Sin embargo, el desarrollo del niño se produce principalmente cuando se centra en una cosa, en una tarea que a menudo requiere paciencia y un mayor esfuerzo.

La incapacidad para concentrarse puede ser una de las causas más importantes de las continuas dificultades para estudiar. Los ‘gadgets’ electrónicos absorben totalmente la atención de los niños, y no estimulan la concentración”, explica Janusz Wardak, el impulsor de la campaña ‘Menos pantallas, más familias’, en una publicación de la agencia RT. (I)