El atraco en las áreas regeneradas sigue sin ser detenido por nadie
La presencia de policías metropolitanos en varias zonas, consideradas como regeneradas, todavía es escasa o nula. Así pudo constatar este medio de comunicación en una visita que realizó a distintos sectores del cantón.
Tachos de basura, pasamanos, rejas, entre otros bienes públicos, aún desaparecen de varias zonas del centro, norte, oeste y sur del cantón.
Algunos moradores y vendedores de alimentos de la Playita del Guasmo, consultados, indicaron que normalmente no hay guardias o policías patrullando. Aunque este fin de semana, por el feriado de Semana Santa, el Municipio envió un grupo de metropolitanos para resguardar a los turistas.
En uno de los tramos del parque lineal Riberas del Estero Norte recién ayer la Policía Metropolitana dio las indicaciones a los nuevos miembros de una compañía de seguridad privada que se encargarán de dar este servicio a los usuarios de estos espacios.
En el tramo que está frente al Estadio Monumental de Barcelona (oeste), varias rejas de metal, que fueron cortadas cerca de sus bases, han sido sustraídas. Para “maquillar” el hurto se ha improvisado una cerca de alambre para evitar que ingresen los ladrones.
Asimismo, de las estructuras de juegos infantiles, los delincuentes se han robado las barandas y cortado la base de una de las resbaladeras para ser sustraída.
La queja fue mayor en la ribera sur del parque lineal del Estero Salado. Según los habitantes del sector, ni los vigilantes metropolitanos o los agentes privados hace un mes que realizan las rondas.
Una de las moradoras, que pidió el anonimato, quien vive cerca al citado parque, denunció que roban a cualquier hora. “El mobiliario urbano ha sido hurtado en grandes cantidades, al punto de que a veces en horas de la madrugada debemos revisar que no hayan ingresado a nuestros hogares o que hayan robado los tachos de basura”, se quejó.
También cerca del barrio Garay personas no identificadas se han llevado las baldosas de aluminio, los reflectores y lavabos.
De acuerdo con la versión de un morador, que trabaja en una tienda a orillas del estero, cada placa de aluminio, que es fundida y reutilizada, está cotizada en $ 6.
En el sector Viernes Santo, de Los Esteros (sur de la ciudad), la situación es distinta.
Un agente municipal aseveró que no hubo incidentes en el feriado ni en días normales, y no han robado bienes públicos. Allí, en Semana Santa, el burgomaestre duplicó, de 4 a 8, la cantidad de policías metropolitanos y los dividió, una mitad permaneció durante el día y la otra en la noche.
Una de las novedades que se constató, este fin de semana, en el cerro Santa Ana, es el robo de un pasamano de metal que estaba antes de llegar al templo.
Cientos de turistas que transitaban por el sector tomaban las precauciones necesarias para no resultar heridos por los bordes irregulares del fierro que están expuestos.
El problema de la seguridad tiene orígenes en el retiro de las compañías privadas que protegían las áreas regeneradas.