El Astillero Maridueña es un ejemplo de cómo se puede salir adelante
Otra de las empresas que con los “ojos cerrados” ha invertido en Guayaquil es Astilleros Maridueña, que es liderada por 7 hermanos, que construye embarcaciones navales de todo tipo y tamaño.
Segundo Maridueña, ambateño de 86 años, desde temprana edad, junto con sus padres, vino a Guayaquil. Nunca pensó que llegaría a tener un astillero para construir naves de todo tipo y calado.
Recordó que llegó al sector del Guasmo norte, sur de Guayaquil, cuando estaba lleno de manglares y esteros. En el sitio su primer negocio fue un aserradero en el cual vendía madera y tenía 10 empleados. Ahora cuenta con 500.
Tiempo después, Maridueña, quien aprendió mecánica naval en Puerto Bolívar, provincia de El Oro, decidió instalar el astillero que al momento es uno de los mejores de Latinoamérica en lo que se refiere a armar embarcaciones por partes. Desde pequeñas, hasta cruceros... Todo eso está en capacidad de construir el astillero familiar.
El fundador de esta empresa resaltó que hace pocos meses realizaron una fuerte inversión para poder atender la demanda que tienen, tanto a nivel nacional como internacional.
Su hijo Fernando, quien nació en Guayaquil, manifiesta que ellos continúan al frente del negocio de su padre y mantienen la tradición guayaquileña de reparar y construir embarcaciones.
“Nosotros confiamos en el país y por eso invertimos en nuestra empresa, que por mucho tiempo ha sido la principal fuente de ingresos, no solo de nosotros, sino de muchas personas que viven cerca de la zona.
En Ecuador se puede salir adelante. ”, explica Fernando Maridueña, gerente general de la empresa que por más de 30 años se dedica a las actividades navieras en el Guasmo norte.