El 40% de Posorja aún sin agua
Walter Mejía, de 53 años, nació y creció en la parroquia rural de Posorja. Desde tempranas horas de la mañana está al pie del rústico malecón de esta localidad para negociar la pesca del día, mayoritariamente compuesta por las caritas, cachemas, corvinas y voladoras.
Con nostalgia observa lo poco que quedó de lo que hace casi 30 años fue una playa grande. “Tranquilamente uno se podía pegar una ‘ruca’ sin peligro de que lo alcance la marea”, cuenta.
Mejía, quien pertenece a la Asociación de Comerciantes Minoristas “26 de Junio”, ha dedicado toda su vida a la pesca artesanal y considera que la explotación industrial de los productos del mar incidió en el desarrollo de Posorja.
“Hay personas que son dueñas de dos o tres barcos y eso nos perjudica a los minoristas”, asegura Mejía. Mientras las embarcaciones más grandes llegan a sacar más de 200 gavetas con pescado, diariamente, las canoas apenas pueden conseguir 10, en el mismo lapso.
La llegada de fábricas de conserva de peces, que originaron sedimentación y la extensión de las calles, terminaron por ganarle terreno a la playa, dejando espacio apenas para el desembarque.
La migración y asentamientos ilegales también llegaron a Posorja con el desarrollo comercial. Los ciudadanos oriundos de provincias como Santa Elena, Manabí y Esmeraldas conforman la mayoría de los habitantes de esta localidad, donde apenas el 20% es nativo del lugar.
La formación creciente de cooperativas y precooperativas de vivienda incidió en las coberturas de agua potable y alcantarillado: solo el 60% de la población cuenta con este servicio.
Desde hace varios años el combate a los asentamientos ilegales (invasiones) es una constante en el lugar. Las vías Data-Posorja y Playas-Posorja son los sitios en los que más se han presentado problemas por posesión de tierras.
Uno de los últimos desalojos se registró a mediados del año pasado cuando cientos de familias de la precooperativa Mi Lindo Playas, ubicada en el km 17 de la vía Playas-Data de Posorja, fueron desalojadas por solicitud de Quemarola Game.
En las vías que conectan a Posorja con El Morro, Data y Playas se pueden observar varias casas de construcción mixta y de caña que no cuentan con cobertura de agua potable o alcantarillado.
En el centro de la parroquia, incluso al pie del mar, los posorjeños se quejan de que la falta de alcantarillado causa estragos en época de lluvia.
Desde agosto de 2011 la prestación de este servicio corresponde a Interagua. Anteriormente la empresa Hidroplayas era la encargada de las obras de agua potable.
Wilson Villamar, secretario de la Junta Parroquial, comenta que también se están realizando gestiones para aumentar el número de calles adoquinadas o asfaltadas, puesto que actualmente solo el 40% de las vías principales y secundarias se encuentran en ese estado. “También estamos arreglando la competencia del hospital materno infantil con el Ministerio de Salud, debido a que ésta, actualmente, pertenece a Playas”, dice Villamar.
El funcionario está preocupado porque desde el vecino cantón se llevan a los doctores del lugar, lo cual provoca que las consultas en medicina general se congestionen.
Además, se proyecta que los médicos se especialicen en cirugía para disminuir el traslado de pacientes a otras ciudades, con riesgo de que los afectados no resistan el viaje.
Posorja está ubicada casi donde termina el golfo de Guayaquil, lo cual hace que confluyan las aguas del río Guayas con las del océano Pacífico. Para quienes llegaron a hacer su vida en la parroquia, el clima del lugar es uno de los más acogedores y lo que menos falta es trabajo.
Roberto Vélez Zambrano dejó su natal Manabí, hace 30 años, para dedicarse al comercio de frutas en Posorja y también ha sido testigo de la evolución del lugar. “Se diría que los lunes es cuando menos trabajo hay para quienes nos dedicamos a actividades distintas a la pesca”, indicó Vélez.
El lugar, turísticamente, no ofrece mucho a los visitantes. La mayoría de los atractivos naturales se ubican del lado del estero Data, en las afueras de la parroquia, donde el Municipio de Guayaquil desarrolla la rehabilitación del balneario Playa Varadero.
Quienes llegan al centro de Posorja, especialmente los fines de semana, lo hacen para trasladarse hacia la isla Puná.
En la parte central de la parroquia se ubican los transportes hacia la isla, cuyas tarifas, por embarcación, varían entre $ 45 y $ 60.
El Municipio de Guayaquil prevé para este mes la inauguración de dos obras para Posorja. La primera de ellas es la segunda etapa de Playa Varadero.
Esta consiste en la ampliación de 12 a 24 comedores, parqueaderos, hamacas, locales de artesanías y luminarias. Además, se entregará un moderno centro de matanza (camal), en las afueras de la parroquia, cerca del cementerio local.