Dos Mangas atrae a los turistas de la Península

Al ingresar a la comuna la amabilidad y sencillez de los habitantes se siente. Muchos niños con ropa y otros en pantalonetas se bañan en el río de Dos Mangas. Elvia Suárez, de 41 años, llegó cuando tenía 10; dice que la comuna está creciendo gracias a las artesanías que ahí se fabrican y en especial al ecoturismo que se promociona. “Ese impulso que le da el Ministerio de Turismo nos ha permitido acrecentar el número de visitantes, y eso, sin duda, mejora, el estilo de vida de los lugareños”. Con excelentes calles asfaltadas, en la mitad de la comuna existe una caseta de información. Los guías siempre están listos para ayudar a los turistas.

La comuna ofrece servicios de cabalgata (grupo de 3 personas por $ 57,50) y caminata (8 personas por $ 40). La duración del recorrido depende de qué ruta elija, si se decide por el sendero de las cascadas es de 2 horas y si elije el de las piscinas naturales el recorrido dura una hora y media.

Además, durante los recorridos se puede observar la materia prima para elaborar artesanías en tagua, caña guadua y paja toquilla, la variedad de flora y con suerte se podría ver monos aulladores. Después del paseo turístico se puede degustar un seco de pollo con arroz y escuchar una de tantas leyendas de Luis González -lugareño de 54 años-, como la del ‘tintín’, que aparece por las tardes y que solo se involucra con mujeres casadas porque no tendrá que mantenerlas, para eso tiene su esposo. “Al audaz duende le gustan las mujeres de cabello negro y largo, se sospecha que una mujer es seguida por el duende cuando aparece al día siguiente con moretones o golpes en su piel. Se dice que el plato favorito del duende es el cangrejo. Cada vez que los pescadores van por la mañana, las piedras del río aparecen al revés.

Muchos de los turistas que llegan a Dos Mangas miran con mucho asombro las artesanías que allí se fabrican. Josefina Beltrán, es oriunda de Ambato, ella arribó con familiares que habitan en Guayaquil en busca de un poco de tranquilidad. “Me gusta la naturaleza del lugar, nos fuimos hasta las cascadas y cuando regresamos llegamos a un taller en donde se confeccionan adornos con tagua”. (I)

Se trata de impulsar el turismo

Los habitantes se levantaron de la ruina en 1997

Después del fenómeno del Niño en 1997 hubo grandes pérdidas. Casas completas destruidas, animales y muchos más daños que perjudicaron a las familias de la comuna. Sin embargo, la perseverancia de los comuneros es un ejemplo. Poco a poco han recuperado lo perdido. La comunidad hace un llamado a los ecuatorianos, a que visiten este sitio que, aunque no posee mar, tiene mucho encanto y naturaleza. El horario de atención es de 08:30 a 16:30. (I)