Derecho de peatones no es respetado en las áreas en regeneración
Las obras de regeneración urbana dejaron sin aceras a los peatones que transitan en el centro y norte de la ciudad, lo que obliga a los transeúntes a compartir el mismo espacio con los automotores.
Esta situación se presenta en las avenidas Francisco de Orellana, Luis Plaza Dañín y 1 de Mayo, en donde, en vez de aceras, hay escombros o grandes huecos.
En la avenida Francisco de Orellana (norte), la obra municipal se desarrolla en un tramo de 800 metros, desde la calle Nahim Isaías hasta Eugenio Almazán. Allí, una improvisada barrera de plástico y cañas deja el espacio de un metro de ancho para que las personas puedan circular.
Los peatones se quejan de que “la barrera”, por su fragilidad, no representa ninguna protección para los carros que circulan cerca, y rechazan el espacio que se ha dejado, que es mínimo.
Luis Cañarte, quien se dirigía a realizar diligencias en una agencia bancaria, criticó que solo puede caminar una persona a la vez. “Los peatones transitamos en dos sentidos y quienes vamos del lado del tránsito (vehicular) somos los más perjudicados porque debemos ceder el paso a quien viene en sentido contrario”.
Por esa misma razón, Hugo Jaime decidió caminar fuera de la barrera (por la calle) y tomar el riesgo de pasar junto a los vehículos. “No es algo que recomiendo a cualquiera, pero me resulta más rápido”.
En el tramo de estas obras, ayer no hubo ningún agente de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) que protegiera la integridad de los ciudadanos.
También, en las avenidas Plaza Dañín y del Periodista hay 100 metros de acera destruida, frente al centro comercial Policentro.
Los ciudadanos, en esa zona, caminan dentro de la zona de seguridad, pero con el riesgo de tropezar y caer por las piedras regadas.
Tania Córdova, quien frecuenta la zona, cuestionó la falta de preocupación por el bienestar de los ciudadanos y la carencia de alternativas que plantea el Cabildo cuando se ejecuta ese tipo de trabajos. “Nadie se opone a la regeneración, pero si se da cuenta, es casi nada lo que nos dejan para caminar libremente”.
Por otro lado, en las calles 1 de Mayo y Tulcán, a pocos metros de la salida de uno de los paraderos de la Metrovía, la malla de protección no deja espacio para la circulación de peatones, por lo que se exponen al tránsito que llega en sentido sur-norte.
Mayra Cabezas, estudiante universitaria, denunció que en horas pico es complicado cruzar por este lado. “Igual toca ir por ahí porque considero más peligroso esquivar a la Metrovía”.
Los trabajos de regeneración urbana en la Francisco de Orellana se ejecutarán desde la Juan Tanca Marengo hasta la Carlos Luis Plaza Dañín, en un plazo de 120 días.
En cambio, las obras en la Plaza Dañín se realizan desde su intersección con la avenida de las Américas, mientras que en la 1 de Mayo se desarrollan desde Tulcán hasta Av. del Ejército.
Estos problemas se repiten pese a que en mayo pasado, el alcalde Jaime Nebot anunció que las contratistas que ejecutan obras de regeneración urbana no pueden tomarsedemasiado espacio físico para realizar los trabajos.
De acuerdo con lo dispuesto, las constructoras solo pueden tomarse máximo un metro de la calzada para ejecutar los trabajos de infraestructura. La acción se realiza tras observarse en la ciudad varios puntos en los que las contratistas copan entre dos y tres metros del espacio, lo que dificulta el tránsito de los peatones y automotores.