Daños en puertas y asientos ponen en riesgo a usuarios de Metrovía

Una mujer de aproximadamente 25 años de edad cayó la noche del jueves de un articulado de la Metrovía cuando la puerta de ingreso al vehículo se abrió, según informó el ECU- 911.        

La entidad no proporcionó la identidad de la joven ni la casa de salud a la cual fue llevada, pero confirmó que el hecho ocurrió cerca de la Universidad de Guayaquil.

Los usuarios del sistema hacen múltiples observaciones al estado de los vehículos, tanto en la parte mecánica como en la carrocería.

Durante las últimas dos semanas, este Diario pudo conocer de cuatro denuncias sobre unidades que sufrieron desperfectos cuando circulaban con pasajeros.

Puertas sin protección o que no cierran bien, tubos verticales zafados y asientos inestables son algunas de las fallas detectadas por los ciudadanos en los automotores de Metroquil, Metrobastión y Metroexpress.

Las unidades más antiguas -que corresponden a Metroquil y Metrobastión- son las que presentan el mayor número de desperfectos.

Una situación común en la ruta de Metrobastión es que los articulados circulan al tope de su capacidad durante las horas pico debido a que  acoge a grupos de estudiantes de colegios y universidades.

En el momento en que estos automotores deben hacer un giro hacia la derecha, la aglomeración provoca mayor presión sobre las puertas, aseguró Apolonia Gómez, de la Universidad de Guayaquil.

La situación es más crítica si los ingresos no tienen el caucho que evita la fricción entre las bisagras. “Ahí a uno se le sale medio cuerpo si el carro va lleno”.

Mientras que Damián Guerrero, usuario de la ruta Metroexpress, denunció que un alimentador que cubre la ruta hacia Atahualpa (coop. Unión de Bananeros) rodó por breves segundos con la puerta abierta.

El hecho ocurrió cerca del paradero Parroquia Bolívar. El carro arrancó y las puertas demoraron en cerrar. “Felizmente, el bus no iba lleno porque alguien podía caerse”.

Por su parte, la Fundación Metrovía informó que hace un seguimiento permanente  de las unidades.

La flota compuesta por aproximadamente 400 automotores se somete a revisiones preventivas obligatorias y los propietarios tienen la orden de evitar la circulación de los vehículos con fallas en las horas de mayor demanda, aseguró Leopoldo Falquez, gerente de la fundación municipal.

Se estima que cada uno de los vehículos del sistema tiene un tiempo estimado de 15 años de vida útil. Aquellos que no superan la revisión técnica “son retirados de la flota”.

Hasta 2014 se invirtieron aproximadamente $2,4 millones en el mantenimiento de los automotores.

Según cifras de la Fundación Metrovía, existe un costo operacional de $1,04 por kilómetro recorrido. (I)