En Juan Pablo II se convive con la contaminación
Los hedores son percibidos incluso por los conductores que transitan por la autopista Narcisa de Jesús, especialmente, durante los momentos en los que el clima soleado es más intenso.
Tales olores han disminuido para los habitantes de la cooperativa Juan Pablo II, ubicada en la vía mencionada, norte de Guayaquil, en semanas recientes. “Pero es porque no hace tanto sol en estos días”, dice Carmen Sandoval, quien habita en el sector hace 15 años.
El sitio se caracteriza por carecer de servicios básicos, como alcantarillado y pavimentación. Las aguas residuales -afirma Sandoval- van hacia pozos sépticos en la mayoría de viviendas. “Sé que hay otras que desfogan directamente al río (Daule)”.
En días recientes, moradores de Brisas del Norte y El Limonal, sectores ubicados hacia el oeste y sur de la coop. Juan Pablo II, expusieron públicamente el problema que existe por la aparente descarga de aguas servidas, que se genera de otras zonas del norte de Guayaquil, en el río Daule.
El sitio de desfogue está a pocos metros de la coop. Juan Pablo II. “Es bastante difícil vivir entre tanta contaminación”, expresa Javier Navarrete, habitante del lugar.
Según la denuncia presentada por los habitantes de otros sectores, la descarga directa de aguas residuales ocasiona que el índice de coliformes sea de 16.000 unidades por litro, cuando el límite permitido es 15.000, una vez tratados los residuos.
Este diario contactó a las áreas de Comunicación de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag) e Interagua para conocer si habría un pronunciamiento acerca de la denuncia. La respuesta fue unánime: No. (I)