Comuneros protegen 49.377 hectáreas de manglar en el país
Diariamente, desde las 06:00 hasta las 13:00, Jerónimo Vera, cangrejero del Golfo de Guayaquil, introduce sus rústicas manos en el lodo sin prever los peligros que corre al capturar el crustáceo. A diario saca 60 cangrejos rojos que le han permitido durante décadas ayudar a mantener a su familia.
Los comuneros hacen audaces maniobras para coger estos “manjares”, que por lo general se encuentran a varios metros bajo el lodo. Vera, quien vive en la comuna Cerrito Los Morreños, ubicada en el Golfo de Guayaquil, a 50 kilómetros de la urbe, usa una indumentaria apropiada para la ardua jornada, en la que se impone el inclemente sol que cae sobre la zona.
El cangrejero, trayendo a cuento una tristeza vieja, recuerda que hace muchos años no se podía capturar el crustáceo en los manglares de la comuna, ya que personas de otros lados los sacaban y con armas los amedrentaban para que se alejaran del lugar. Cuando los invasores se retiraban, solo quedaban unos pocos especímenes, cuya venta no alcanzaba para subsistir.
“Antes vivíamos en zozobra, ya que muchos llegaban a nuestros manglares y hacían lo que les daba la gana”, se acalora un poco Jerónimo, “hasta a nosotros mismos nos impedían coger los cangrejos, ostiones y demás recursos que rodeaban a la comuna. Incluso la época de veda no era respetada, por eso los animales disminuyeron”.
Vera afirma que desde que son dueños y protectores de los manglares, que rodean la comuna, han obtenido apoyo estatal y de organizaciones internacionales, el sector se ha desarrollado poco a poco. Desde que el Ministerio de Ambiente firmó los acuerdos de uso sustentable y custodia del manglar con los usuarios y comunidades ancestrales de este ecosistema, la situación mejoró para los cangrejeros, concheros, pescadores y demás involucrados en la captura de los recursos de los ríos y esteros del país.
Desde el año 2007 hasta la presente fecha se han firmado 18 acuerdos, que representan el 42% total de concesiones entregadas, con los cuales se han beneficiado alrededor de 8.000 usuarios ancestrales y tradicionales del manglar.
Concesiones se han entregado a los comuneros
El Ministerio de Ambiente entregó, el pasado martes, la concesión del manglar más grande del país a la Asociación Usuarios del Manglar Cerrito Los Morreños.
La titular del Ministerio, Marcela Aguiñaga, suscribió tres acuerdos con los pobladores del Golfo interior de Guayaquil.
La asociación obtuvo la concesión de 3.394 hectáreas (h) de manglar mediante el Acuerdo Ministerial 008-SDS del 8 de agosto del 2000. Se ha ampliado dicha concesión a 10.869,53 h de manglar, incluyendo a otras asociaciones como beneficiarios directos e indirectos.
El número de esos beneficiarios es alrededor de 2.000 personas, agrupadas en 348 familias.
Otra de las beneficiadas es la Asociación de Cangrejeros, Pescadores Artesanales y Afines Ríos de Aguas Vivas, que la forman 28 socios activos cuya principal actividad productiva es la captura del cangrejo, la pesca blanca y el procesamiento de pulpa de cangrejo.
Ellos recibieron una concesión de manglar de 2.579,3 hectáreas, que es conformada por cinco sectores: las islas Los Chalenes, La Seca, Palo Santo, La Taza y el manglar límite Norte. Así mismo, la Asociación de Comerciantes Minoristas de Cangrejos Los Ceibos, compuesta por 44 usuarios ancestrales, recibió una concesión de manglar de 1.548 hectáreas.
Con la entrega de acuerdos a estas organizaciones se otorgó el manejo y uso sustentable de 14.996,83 hectáreas de manglar a usuarios ancestrales y tradicionales. El presidente de la Asociación de Comerciantes Minoristas de Cangrejos Los Ceibos, Santos Ponce, reconoce que este régimen los ha apoyado de manera “increíble” para mejorar la situación de los pobladores del Golfo de Guayaquil.
“Nunca nos han prestado atención, siempre estuvimos olvidados. Ahora muchas entidades estatales nos están capacitando y ayudando para que tengamos una mejor calidad de vida”, indica Ponce, quien asevera que la concesión del manglar no solo servirá para capturar el recurso, sino también para reforestar el sector.
El Ministerio ha apoyado con proyectos de reforestación a las áreas concesionadas. La inversión para adquirir los equipos y proyectos de reforestación supera el millón de dólares. Los comuneros se han beneficiado con la entrega de equipos para realizar actividades de monitoreo y vigilancia del manglar, como botes, motores, GPS, radios, binoculares, cámaras fotográficas, etc.
Organización de comunidades
La ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, señala que fue importante asociarse para que las comunidades del Golfo puedan salir adelante y mejoren sus recursos. Recuerda que por muchos años el manglar y su entorno fueron explotados sin dejar a sus pobladores ancestrales algún beneficio.
“En el manglar también hay poblaciones rurales, no solo es el ecosistema y su hábitat, sino todas las personas que allí viven y dependen de estos recursos naturales”, manifiesta la funcionaria, quien recalca que con el acuerdo los propios comuneros defienden su ecosistema. Las provincias que cuentan con concesiones son Guayas (32.104 hectáreas), Esmeraldas (13.419,78), El Oro (3.792), Santa Elena (36,86) y Manabí (24,30).
Desde el año 2000 se han entregado mediante acuerdos un total de 49.377,47 hectáreas de manglar a los usuarios ancestrales, de las cuales más de 30.000 pertenecen a la provincia del Guayas.
El país también cuenta con áreas protegidas, como Manglares Churute, Reserva El Salado y El Morro, que representan 75.000 hectáreas de manglar.
La concesión compromete a los comuneros a cumplir varias reglas, por ejemplo, tienen la obligación de denunciar a aquellos que talen o intervengan ilegalmente el ecosistema y que, con esto, afecte las condiciontes de vida. La Asociación de Cangrejeros y Pescadores de Balao, integrada por 105 socios, tiene más de 2.600 hectáreas de manglar concesionadas desde el año 2007.
Ángel Beltrán, presidente de la asociación, dice que ellos desde sus 12 embarcaciones vigilan diariamente las hectáreas concesionadas para evitar que las camaroneras y los pescadores talen el manglar y afecten el recurso (cangrejo) que es la principal fuente de ingresos de la comuna. “Desde que nos dieron la concesión nosotros tenemos un reglamento interno que regula nuestra actividad.
Respetamos la veda y hacemos recorridos, operativos y controles”, indica. En relación con el tema, el director de Gestión y Coordinación Marina y Costera, Nelson Zmbrano, expresa que el Ministerio de Ambiente, desde el año 2000, tiene bajo ley la posibilidad de entregar áreas de manglar a usuarios ancestrales mediante los acuerdos de uso sustentable y custodia del hábitat.
Asegura que el objetivo esencial de los acuerdos es darles derechos a estos grupos de usuarios para que puedan utilizar los recursos del manglar de una forma sustentable.
Agrega que para acceder a estas concesiones los comuneros deben preparar un plan de manejo, en el que definan los diferentes programas que llevarán a cabo para hacer buen uso del área del manglar, el cual será aprobado por el Ministerio.
Además, los cangrejeros, concheros y pescadores que adquieren las áreas concesionadas tienen la obligación de vigilar el hábitat y evitar, desde luego, que talen el manglar, lo contaminen o realicen actividades ilícitas dentro de las zonas.
En lo que corresponde a los planes de reforestación que presentan las camaroneras para regularizarse, Zambrano asevera que son aproximadamente 1.400 hectáreas que el Ministerio tiene aprobadas para su respectiva forestación.