“Cometeros” piden más espacios para este juego
Las cometas importadas desde China, fabricadas con varillas y las tradicionales de bambú y papel llenaron ayer el cielo sobre el mirador del cerro Bellavista.
De forma simultánea, los “cometeros” de Ecuador , Colombia y 29 países más, decidieron enseñar a otros niños cómo se confeccionan los papalotes.
El grupo “Volando”, de César Escobar, organizó este encuentro en la ciudad. Mientras César, su amigo Hans Vergara y su pequeño ayudante Juan Diego enseñaban sus cometas a los pequeños que visitaron el mirador, en Colombia, la agrupación Tsaphon kites hacía lo mismo.
“No queremos que se pierda la costumbre de volar cometas, pero lamentablemente en la ciudad está desapareciendo este juego”, considera Escobar. “Le he enseñado a muchos niños cómo hacer cometas y por mi experiencia sé que hasta la generación que ahora tiene 25 años no sabe cómo hacerlas”, afirmó.
Para Angie Sánchez, una de las pequeñas que se unió al grupo, atraída por los colores, las cometas son dibujos que aparecen en los cuentos. “Nunca he armado una”, comentó.
A este festival de cometas, auspiciado por el Municipio en el marco de las fiestas julianas, asistió Jorge Román, quiteño y “cometero”.
Trajo consigo su baúl. En él guarda cometas tridimensionales y carretes especiales idénticos a los pedales de las bicicletas que permiten dar mayor vuelo al papalote. “Gracias a esta afición por las cometas he viajado a la India, Francia y Colombia, invitado por otros cometeros”, relató Jorge.
Contó que en Quito solo se ven estos juegos durante las vacaciones. “Quisiera que entre los aficionados del país hubiese mayor comunicación. En otros países hay más avances y técnicas”, manifestó.
Juan Diego Vergara (9 años) es el ayudante de César. “Hace dos meses hice mi primera cometa y me salió horrible, pero ya he mejorado”, afirmó. En el transcurso de la mañana de ayer, llegaron padres con sus hijos. Los más jóvenes, guiados por sus progenitores,, intentaron hacer volar las cometas importadas.
“Dale más hilo”, “Le falta cola” eran los consejos que los mayores les gritaban a los jóvenes que correteaban por el mirador.
A César Escobar le preocupan dos aspectos de esta actividad. “Quisiéramos que las autoridades nos ayudaran creando un espacio diseñado especialmente para volar cometas en la ciudad, porque el cableado de las calles convierte esta actividad en peligrosa”, explicó.
Recordó que, hace tres años, familias enteras utilizaban el mirador del cerro Bellavista para volar papalotes. “La administración del parque nos prohibió hacerlo, diciendo que destruíamos los árboles, algo que jamás vi que pasara”, aseguró.
Espera también que no se pierda la forma tradicional de hacer cometas: con caña, goma, piola y papel. “Los niños ahora creen que las únicas cometas que existen son las importadas desde China”, expresó. Para octubre, la agrupación “Volando” realizará un encuentro de “cometeros”.
El evento de ayer finalizaría con la intervención de Lionel Briones, el hombre que sin querer asustó a ciertas personas volando su cometa “ovni” (con luces) sobre el puente de la Unidad Nacional.
Pasadas las 16:00, los niños hicieron volar las cometas de papel que aprendieron a confeccionar.