El Domingo de Ramos, festividad religiosa que marca el inicio de la Semana Mayor de las religiones adscritas al cristianismo, tuvo diversos y coloridos matices ayer en Quito y Guayaquil donde los fieles participaron en forma masiva.

En la capital ecuatoriana, por ejemplo, desde las 06:00 de ayer María Tonato, vendedora de ramos, se instaló a un costado de la Iglesia de San Francisco de Quito (centro de la capital) para vender los tradicionales arreglos por el Domingo de Ramos.   

A diferencia de otros años, la señora de 64 años distribuyó las artesanías con arreglos de palma de totora, luego de que el Ministerio del Ambiente prohibiera la venta de palma de cera. “Se mueren los pajaritos”, explicó la mujer que se dedica a esta actividad desde hace 50 años.

Y es que este año, el festejo religioso rompió la tradición. En las iglesias de La Catedral, La Merced, San Agustín, La Compañía, las vendedoras ya no promovían la vente del arreglo con palma de cera. Sin embargo, la fe de los fieles católicos no mermó por la disposición ministerial.

Ayer, el personal de la Secretaría de Estado incautó más de 5.000 ramos que se distribuían en las iglesias de San Francisco, Conocoto, Chillogallo y El Carmelo. Marcela Aguiñaga, ministra del Ambiente, asistió a uno de los festejos eucarísticos.     

Aguiñaga explicó que la tala de los árboles de palma afecta al ecosistema de los loros, aves que se encuentran en peligro de extinción. De ahí la importancia de que los fieles adquieran ramos alternativos como de totora, eucalipto o  romero.

El fervor de los creyentes ecuatorianos se mantiene sólido, ya que los devotos compraron los nuevos ramos con el mismo esmero de cada año y asistieron a la procesión desde la Basílica Nacional hasta La Catedral, en donde se ofreció la misa pontifical.        

Otros llegaron a la misa campal en la plaza San Francisco. “Lo que me mueve a mí es cumplirle la promesa a mi Diosito. Yo compré este ramo para hacerlo bendecir”, opinó Carlos Chaguano, vendedor informal.

Los ambientes vistos en Guayaquil fueron similares: cultos, reuniones, misas y procesiones, pero el factor común que se vivió en las iglesias relacionadas con el amor a  Cristo, en la urbe, fue la recordación de la entrada triunfal del Hijo de Dios en Jerusalén.

En lo que corresponde a la fe católica, varias parroquias realizaron procesiones, por calles y veredas, entonando alabanzas y portando ramos elaborados con hojas de palma.         

En los alrededores de la Catedral, la mayoría de los comerciantes de los ramos prefirieron colocarse del lado de la calle Clemente Ballén debido a que en la calle Chimborazo, una carpa del Ministerio del Ambiente (MAE) les hizo competencia con la entrega de ramos elaborados con totora, maíz y eucalipto.                

Sin embargo, la mayor parte de los feligreses prefirieron portar ramos elaborados con hoja de palma, manzanilla y romero. “Es difícil cambiar la cultura de los ciudadanos en estas fechas pero seguiremos insistiendo”, comentó Ignacio Cordero, director provincial del MAE en Guayas.

Por su parte, la Policía Metropolitana realizó operativos para retirar de las zonas regeneradas a los comerciantes de estos ramos.   

En la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles (mejor conocida como San Francisco), los respectivos permisos y apoyo al Municipio de Guayaquil y Comisión de Tránsito del Ecuador para realizar una procesión ayer a las 16:00 fueron solicitados desde hace casi un mes.        

“Hemos estado definiendo detalles desde hace nueve días, pero durante la novena hemos tenido una numerosa asistencia y los fieles están al tanto”, dijo Jaime Zhindon, párroco de la iglesia.

Mientras que en los templos de la fe cristiana (antes denominados evangélicos) se organizaron cultos y reuniones para recordar y reflexionar sobre la entrada de Jesús a Jerusalén.        

En la iglesia de Cruzada de Fe Cristiana, en Tulcán y 9 de Octubre, también se tiene previsto intensificar las actividades evangelistas durante esta semana.                              

La pastora Sonia Vallejo de Cepeda explicó que sus actividades tienen por objetivo reflexionar sobre el mensaje plasmado en la Biblia sobre la labor evangelista de Cristo. “La Semana Santa representa un pare en la vida cotidiana para recordar el sacrificio de Cristo por nuestros pecados”, dijo Vallejo.