Cantones y parroquias de Loja, otras opciones para hacer turismo
Los cantones y parroquias surorientales de Loja, como Catamayo, Pindal, Calvas, Paltas, Macará y Zapotillo, constituyen otras alternativas para disfrutar del turismo. El cálido clima y la hospitalidad de su gente hacen de estos sectores un paraíso escondido al sur del Ecuador.
En Catamayo, que se caracteriza por su temperatura que bordea los 25 grados centígrados, está El Guayabal, que alberga a más de 4 mil personas y en donde puede apreciarse la naturaleza.
Y a tan solo 15 minutos del centro de la localidad está El Boquerón, un lugar en el que hay cabañas y lagunas, propicias para realizar canopy y tubing; además de cabalgatas y paseos en bicicleta.
El “Valle Verde”, como se lo conoce a este cantón por sus extensiones de cañaverales, está situado a 38 kilómetros de Loja. Su principal fuente de ingreso es el turismo, puesto que es una entrada aérea obligatoria para quienes visitan la ciudad.
La gastronomía de este sector tiene por platillo emblemático a la exquisita cecina. La acompañan yucas, ensalada y una cerveza; seco de chivo, el repe, pollos a la brasa y también mariscos. Postres tradicionales son los roscones o bizcochuelos.
El alcalde de Catamayo, Marco Salinas, indicó que están preparados para recibir a los miles de turistas de diferentes partes del país: “Invito a toda la ciudadanía a compartir estas fiestas que por tercer año consecutivo se organizan”. Enfatizó que el clima de Catamayo es uno de los factores naturales que atraen a la gente.
Salinas recalcó que los prestadores de servicios turísticos ofrecen sus programaciones especiales: “Hoteles, restaurantes y comercios están listos para la temporada, por nuestra parte tenemos varios centros recreacionales y por las noches podemos disfrutar del llamativo Parque Central o en el Mirador La Cruz”.
Malacatos, San Pedro de Vilcabamba, Vilcabamba y Yangana no se quedan atrás.
San Pedro de Vilcabamba, por ejemplo, posee como principal atractivo su río Uchima, que los lugareños recomiendan como “imperdible” a los curiosos viajeros. (Boris Sarango)