Buda recibe bautizo de sus seguidores en templo porteño
Incienso, tambores y campanas recibieron ayer a los centenares de guayaquileños, descendientes de asiáticos, y a ciudadanos orientales que acudieron al Templo Budista Yuan Heng para celebrar el bautizo de Buda.
El evento, considerado uno de los más representativos de la cultura oriental, tuvo repercusión en la urbe porteña. A las 10:00, la imagen de un Buda gigante, de color dorado, estuvo junto a una pequeña pileta de agua, en donde al final se realizó un bautizo simbólico del personaje.
En la edificación, localizada en la ciudadela La Garzota, se evidenció el interés de los habitantes de la ciudad puerto por esa cultura. Durante largos cánticos, que sobrepasaron los 10 minutos consecutivos, se notó el contraste entre las pieles morenas y amarillas de quienes se dieron cita.
Luis Morales, quien comentó que por primera ocasión participaba en un encuentro en ese lugar, confesó que acudió por curiosidad, ya que desconocía por completo esta cultura. “El silencio, interrumpido por el tambor, hoy me dio una sensación de paz”, expresó.
Luego, en su intervención, la monje Faron Sufu, radicada en Guayaquil, indicó que el nacimiento de Buda, en el año 563 (A.C.), es una oportunidad para compartir sus enseñanzas de amor.
Una vez al año en el templo edificado en 2006 se realiza el festejo, en el que se entregan pequeñas botellas de un té denominado de la felicidad y se realiza un banquete de comida vegetariana.
Según sus participantes, a ese encuentro puede acudir cualquier persona, pues el budismo es una filosofía. En la ceremonia tuvieron una participación activa los estudiantes de budismo, quienes lucieron largos trajes negros.
Ellos, que se encargaron de orientar a los visitantes, dividieron a los fieles en dos partes: de un lado estaban solo los hombres y del otro las mujeres, todos ellos, sentados en cojines que estaban colocados en el piso.
Además se encargaron de repartir a ellos una serie de textos en los que constaban, en otro idioma, las letras de los cánticos.
De acuerdo con la tradición, quienes ingresan al templo tienen que sacarse los zapatos y dejarlos en una repisa de madera que está a la entrada, pero como decenas de personas asistieron ayer por primera ocasión se las dejó pasar con calzado. “Ingresar sin calzado es entrar en un estado de pureza”, indicó uno de los guías.
El acto, que finalizó al mediodía, concluyó con el baño de una pequeña imagen de Buda en la pileta. Niños y adultos, separados en filas de hombres y mujeres, se acercaron para echar, con una cuchara, el líquido vital sobre la efigie.
El templo está abierto todos los domingos para quienes deseen participar en los ritos o buscar información sobre las clases de mandarín. Su teléfono es 2641144 / 088791144.
