Barrios lucen como si les hubiera pasado una tormenta
Lodo, maleza, basura y piedras son parte de los problemas que barrios y ciudadelas asentadas en los cerros de la zona periférica de la ciudad y sus alrededores soportan en los inviernos considerados fuertes.
Las consecuencias de la falta de alcantarillado en sectores altos como Mapasingue y Flor de Bastión la pagan principalmente los asentamientos vecinos.
La precipitación del pasado sábado provocó deslizamientos de tierra que cerraron las vías y calles peatonales en las ciudadelas Urdenor 2, Martha de Roldós y Lomas de la Florida.
Ayer en la mañana, luego de la lluvia, delegados del Municipio de Guayaquil y la Empresa Cantonal de Agua Potable y Alcantarillado (Ecapag) recorrieron estas zonas para evaluar los daños y plantear posibles soluciones.
Heridos y conmoción
La casa de María Bermúdez, quien habita en una construcción mixta al pie de la avenida Pedro Gómez Lince, en Urdenor 2, fue una de las más golpeadas.
A su hogar, que está 5 metros bajo el nivel de la calle aledaña, ingresó con fuerza el agua, a manera de cascada, venciendo el muro que protegía la parte posterior del inmueble. En cuestión de segundos, un torrente de lodo y agua invadió el terreno que está bajo cuidado de Bermúdez -el propietario reside en Estados Unidos- y se llevó por delante todo lo que encontró a su paso.
Ana Belén, su hija de 11 años, resultó con raspones y heridas menores en su brazo izquierdo, mientras que uno de sus hermanos mayores se partió el labio.
“De no ser porque mi hermana ayudó a poner a salvo a mis cuatro hijos, no sé en dónde hubiese terminado esto”, comentó Bermúdez, quien afirmó que hasta el mediodía de ayer no había recibido asistencia de ninguna autoridad.
José Carrillo, administrador de una tienda de abarrotes desde hace 9 años, comentó que el problema del lodo proveniente de Mapasingue -y que afecta a 14 manzanas - es un asunto que lleva casi 20 años.
“Se han enviado oficios al Municipio, Ecapag e Interagua y hasta ahora no hemos recibido ninguna solución”, comentó Carrillo.
Para Carlos Robles, morador de Urdenor, ciudadela que está junto a un cerro, los problemas nacen de la construcción de la avenida Gómez Lince, debido a que “no cuenta con el desagüe correspondiente”.
“Tenemos una tubería de aproximadamente 10 pulgadas que recoge las aguas de lluvia de una especie de río Machángara, que cae desde arriba”.
Como producto del deslave, tres vehículos resultaron, en la peatonal, afectados con golpes en el chasis y atascados en el lodo.
Aguas servidas y basura
En el lado oeste del cerro de Mapasingue, aunque con menor impacto, las ciudadelas aledañas a la Martha de Roldós padecen golpes similares a los de Urdenor 2.
Si en el extremo este de la elevación aseguraron que hay un río Machángara en cada invierno, en la ciudadela Juan Tanca Marengo, en la ladera oeste, tienen a la cascada del Pailón del Diablo, según afirmó Wilson Aníbal, quien trabaja en un taller mecánico.
El sector limita con las casas de Mapasingue, que están ubicadas a varios metros de altura, en una loma. Ambas zonas lucen separadas por una calle de apenas 5 metros de ancho.
Aunque existe un canal profundo al pie del cerro, “este resulta insuficiente, porque debe soportar el agua de lluvia y las de un desagüe, que vienen desde arriba”, manifestó Aníbal.
La altura a la que está ubicada la tubería de desagüe hace que la caída de agua forme una especie de chorro que no deja de correr aún en el verano.
En época invernal esto se mezcla con basura y lodo proveniente de Mapasingue. “La zona se vuelve prácticamente intransitable, especialmente durante los aguaceros”, comentó Boris Rivas, quien vive hace tres décadas en la ciudadela Juan Tanca Marengo.
Se forma una corriente tan fuerte que el lodo y la maleza que caen por el lado oeste del cerro llega hasta las calles principales de la ciudadela Martha de Roldós.
Para Andrea Zambrano, de 62 años, los problemas comenzaron con las primeras invasiones en el cerro, a principio de la década del 80.
“Incluso un derrumbe sepultó como cinco o seis manzanas de la zona, porque nunca se levantó un muro de contención junto a Mapasingue”, afirmó la mujer, quien lleva casi tres décadas viviendo en la Martha de Roldós.
Durante la mañana de ayer personal de Ecapag se encontraba en el lugar evaluando el estado del sistema de desagüe, pero evitaron dar declaraciones sobre el lodo que cayó en grandes cantidades en la estrecha calle de la ciudadela Juan Tanca Marengo.
Terrenos sin vivienda
En la ciudadela Bellavista, a pesar de que no tienen problemas de alcantarillado o sistema de desagüe, el inconveniente se presenta -según varios moradores- por los terrenos sin construcción, ubicados en las partes altas del sector.
La piedra y tierra de esos solares se desprenden gradualmente con las lluvias, lo que ocasiona que varias peatonales se conviertan en vías de difícil acceso para el tráfico vehicular.
Wilson Luque, habitante de la manzana 43 de Bellavista, dijo que es por causa de estos terrenos que solo ciertas peatonales se ven afectadas en cada invierno.
“Los únicos vehículos que pueden ingresar son los que tienen buena tracción, los demás no deberían aventurarse a subir”, acotó Luque, que hace pocos días no pudo llegar hasta su vivienda a causa de que el lodo volvió resbaladizo el trayecto.
Cerca de la manzana 41 también existe un tramo pequeño, sin terrenos habitados, que presenta los estragos de algunos deslaves de piedra provenientes del cerro.
Según cifras del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), durante el sábado se registró 145 milímetros (mm) de precipitación en la urbe porteña. Hasta ayer, en horas de la tarde, el día cerró con 2.8 mm de precipitación.
Las direcciones de Obras Públicas y Aseo Cantonal del Municipio de Guayaquil también recorrieron varios sectores ubicados en los cerros y sus alrededores.
De acuerdo con funcionarios consultados, que prefirieron la reserva, se hará una evaluación de los daños reportados en Lomas de la Florida, Martha de Roldós, Urdenor, Bellavista, entre otros sectores. De los estudios, aseguraron, se tomarán los correctivos y no descartaron coordinar acciones con otras entidades.