Varias obras que realizan los dueños de departamentos en condominios de ciudadelas como Las Acacias y Valdivia, al Sur,  incomodan a copropietarios que comparten espacio dentro de las propiedades horizontales de estos sectores.

En un recorrido realizado por este Diario, se constató que en un par de casos las obras de remodelación dejaron dentro de ellas elementos de propiedad y competencia de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) y la Eléctrica de Guayaquil.

Según lo establecido en la Ley de Propiedad Horizontal vigente, en su artículo 5, “para realizar esta clase de obras se necesita la aprobación del 75% de los copropietarios. Para realizar modificaciones en la fachada, siempre que no implique cambios o afectación a la estructura, se requerirá de la aprobación del 60% de los copropietarios”.

En el bloque D-1 de la ciudadela Las Acacias, según varios de sus habitantes, esto no fue acatado por el propietario del departamento 1, quien inició  hace varias semanas la construcción de un cerramiento de cemento.

“Isabel”, quien vive en el condominio desde hace casi 30 años, como la mayoría de sus vecinos, comentó que en un principio se permitió el avance de las obras “para evitar que exista mala vecindad”.

“Una vecina, que sabe de leyes, llamó al Municipio  la semana pasada, por lo que vinieron algunos delegados que le dijeron al dueño del departamento 1 que debía tumbar la obra o lo hacían ellos”.

Sin embargo, Teresa Marín, quien vive en el bloque D-4, no cree que eso ocurra. “A lo mucho le pondrán una multa porque si le tumban tendrán que hacer lo mismo con varias construcciones”.

En Las Acacias, obras similares se observan en los bloques A-1, B-1, B-2, C-5, C-6, entre otros.

Marín vive en planta baja e inició arreglos porque planea poner una botica. En medio del cerramiento construido, hay un poste de alumbrado público.

“Dentro de poco vendrán a quitar el poste y yo sí pregunté a los vecinos”, acotó Marín. Sin embargo, varios copropietarios negaron aquello de forma anónima.

En la ciudadela Valdivia, habitantes de varios condominios también reconocieron que existen vecinos que construyeron de forma arbitraria, sin consultar al resto de propietarios.

Las obras en planta baja se pueden observar en los bloques 12, 13, 18, 28, entre otros. Este Diario intentó hablar con los responsables de estas adecuaciones, pero casi ninguno quiso dar mayores detalles de cómo lograron su cometido.

Nancy Blacio ha vivido en la ciudadela desde 1987, en el bloque 27. Desde hace dos años construyó un cerramiento para un pequeño jardín al pie de su vivienda.

“Me vi obligada a hacerlo, porque habían jóvenes que dañaban las plantas sin razón”, refirió Blacio.

Antes de construir recogió las firmas de sus vecinos para obtener el permiso necesario. Aquello fue corroborado por varias personas del bloque 27.

“Sí hay personas que construyen sin preguntar, pero no son denunciadas porque se ponen groseras y prepotentes, presumiendo de padrinos en varias dependencias públicas y municipales”, dijo un ciudadano, que solicitó la reserva.

En el bloque 18, por ejemplo, se construyó un espacio en planta baja para un gabinete, hace varios años, pero sus copropietarios desconocen si se contó con la aprobación del resto de inquilinos del condominio.

En otras ciudadelas con bloques multifamiliares como Pradera, Floresta y Atarazana no se registran casos de construcciones no autorizadas.