Arrancó tercera feria lúdica “Juguemos sin barreras”
Holger Ávila, de 10 años, en su silla de ruedas y en compañía de su madre Amparo Benavides recorrió las instalaciones de la tercera feria lúdica inclusiva “Juguemos sin barreras”, que se abrió al público la mañana de este martes en la explanada del Centro Cívico, en el sur de Guayaquil.
Este es un proyecto impulsado por la Vicepresidencia de la República y la Prefectura del Guayas, que se realiza por primera vez en la ciudad, pero por tercera en el país. Las ediciones anteriores se concentraron en Quito y Cuenca.
El evento se desarrollará hasta el próximo sábado 26 de noviembre y está orientado a niños y jóvenes con algún tipo de discapacidad, de escuelas públicas, privadas, especiales y regulares, así como de instituciones de ayuda social.
Se trata de una experiencia de aprendizaje de diferentes actividades y juegos que les ayudan a descubrir sus habilidades y potencializar sus talentos.
La feria está compuesta por más de 15 carpas en las que los menores y visitantes puedenser parte de las actividades como globoformas, acuarela, juegos tradicionales como saltar la cuerda o la rayuela, presentaciones teatrales, entre otras.
“Está muy bonito, muy entretenido. Mi hijo se puso a pintar su nombre en uno de los estands. Hay algunas cosas que no puede realizar en casa porque tiene una discapacidad física que le impide caminar”, indicó.
Así como ella, decenas de madres de familia se mostraron entusiasmadas por la diversidad de acciones que se les ofrece a sus pequeños en esta feria.
En una de las carpas, el Gobierno Provincial del Guayas exponía su servicio de Equinoterapia, en el que niños y jóvenes con discapacidad reciben un tipo especial de terapia sobre un caballo, para mejorar sus capacidades.
“De este proyecto se benefician aproximadamente unas 300 personas. Tenemos diferentes tipos derutinas, que las implementamos de acuerdo a cada caso”, indicó Rodney Zambrano, terapista del centro.
En otro de los estands, un grupo de jóvenes acompañados de violines, guitarras y tambores trabajaban con un grupo de niños que hacían sonar sus panderetas.
“Aquí buscamos desarrollar habilidades que les sirvan desde las etapas iniciales de la vida. La percusión les ayuda a superar sus dificultades y a mejorar en diferentes discapacidades mentales o físicas e incrementar su motricidad”, indica Aldo Farfán, quien lidera esta actividad con los pequeños.
Maribel Salvatierra es otra de las madres de familia que disfrutó de la feria, junto a su hijo Edu Reyes, de 8 años, quien padece de Síndrome de Down.
“Ahora hay más inclusión que antes y eso es bueno porque ellos hacen cosas, conocen personas”, sostuvo.
En medio de música, mimos, zanqueros y juegos de diferentes tipos, la feria lúdica “Juguemos sin barreras” recibió más de 1.000 visitantes en su primer día, provenientes de instituciones como SERLI, Fasinarm, la Escuela Municipal de Ciegos, entre otras instituciones.
El horario de atención es desde las 9:00 hasta las 13:00.