Amigurumis: los acompañantes de los adultos

Paola Salazar y Génesis Hernández, estudiantes de la ULVR

Más que peluches, más que muñecos, son compañeros. Es así como se define a los amigurumis, figuras elaboradas con crochet de origen japonés que dan vida a diversas figuras, desde animales, plantas hasta personajes de series de televisión y películas.

Hechos con materiales blandos, como la lana, rellenos de plumón, cintas y botones, esta costumbre japonesa no necesariamente está dirigida a los niños, sino al público en general. En Guayaquil existen algunos coleccionistas y personas dedicadas a su creación.

Mirtha Zambrano, de 32 años, es ilustradora y desde hace 3 años da forma a distintos personajes bajo pedido. Lo que inició como una simple curiosidad pasó de ser un reto a convertirse en una pasión a la que dedica todas las horas posibles, equilibrándolo con su rol de madre.

“En Japón es considerado como un amuleto”, comenta Zambrano. “Se lo regalas a una persona especial; entonces, en sí, el muñeco representa la ternura, el cariño que sientes hacia esa persona y despierta emoción en tu interior”. Explica que los amigurumis vienen de la costumbre kawaii,  una palabra muy usada en Japón para algo que evoca ternura.

Con la marca de Mirtha, Amigurumis se ha dado a conocer a través de redes sociales, como Facebook e Instagram, en donde muestra trabajos que ella ha realizado, como personajes de películas de Disney, series japonesas, como Pokemón, One Piece; también osos, conejos y plantas carnívoras. Además, cuenta con un blog y asiste a diferentes ferias artesanales. Los personajes más solicitados que ha tenido son los minions.

“Siempre intento que los amigurumis se asemejen lo más posible al personaje para que sean de colección. Es algo para apreciar, no se trata de un  juguete”. (I)

Compañía para los mayores y juguete de niños

Su significado es ‘peluche tejido’, es una técnica que se originó  en Japón.

Generalmente se tejen amigurumis de animalitos. También se puede elaborar cualquier tipo de forma, como plantas, comidas  y accesorios.

Para el psicólogo Marcos Salas, tener un objeto de compañía puede resultar beneficioso para el ser humano. Aunque la tendencia inició en los países orientales, en Ecuador ha tenido gran acogida entre los adultos. (I)