Alerta de oleaje frenó el éxodo de personas en Terminal Terrestre
La afluencia de personas que optaron por salir de Guayaquil en el inicio del feriado fue menor a la que se registró en el fin de semana del 23, 24 y 25 julio, debido, según miembros de las cooperativas de transporte, a la alerta naranja que se activó en las costas ecuatorianas.
El jueves pasado, el Comité de Operaciones de Emergencias (COE) declaró un estado de alerta naranja en la faja costera de Ecuador, debido a la detección de un gran oleaje acompañado de fuertes vientos.
La alerta, que debía durar hasta mañana, fue levantada y cambiada a amarilla debido a que las olas que se registraron (de hasta 2 metros y medio), entre viernes y sábado, fueron de menor tamaño a las pronosticadas por el Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar).
Sin embargo, el efecto de la alerta naranja se sintió ayer en las boleterías de las cooperativas que cubren la Ruta del Spondylus. Las pocas personas que se animaron a viajar, pese a la primera advertencia del Inocar, apenas debieron hacer filas de hasta 20 individuos.
Las cooperativas que se dirigen a la provincia de Santa Elena (Liberpesa, CLP y CICA), hasta alrededor del mediodía de ayer, no registraron una venta de boletos que, al menos, se pueda comparar con el último feriado.
María Magdalena Medina, socia de CICA, aseguró, sin precisar cifras, que el número de pasajeros que se dirigió a los balnearios peninsulares fue regular.
Dentro de la Terminal Terrestre, las ventanillas de cooperativas que realizan viajes a Santa Elena, Manabí y El Oro eran las únicas más solicitadas.
Rosa de Montúfar, quien vive en el norte de Guayaquil, fue una de las pocas personas que se animó ayer a salir hacia las playas de Salinas, en Santa Elena, aprovechando que tiene una vivienda en la entrada a ese cantón.
La ciudadana, quien viajó junto a su esposo e hijos, admitió que conocía de la alerta naranja, pero que, “viajaba para relajarse aunque sea observando el mar”.