La colegiala Maribel, quien es menor de edad, aún está con temor de abordar los articulados de la troncal 3 de la Metrovía de Guayaquil. Hace casi una semana fue asaltada cuando se dirigía al norte.

Tras salir de una ceremonia de inauguración del año lectivo, abordó un vehículo de Metrobastión que estaba al tope de su capacidad (160 pasajeros).

Al encontrarse entre jóvenes de su edad, se sintió segura. Hasta que uno de ellos la amenazó con apuñalarla con una navaja si no le entregaba su celular. “Nadie a mi alrededor me ayudó”, se queja.

El delincuente bajó en la siguiente estación y huyó corriendo por el espacio que queda entre el articulado y el paradero. “Los guardias tampoco lo persiguieron”.

Según usuarios consultados, las formas más recurrentes de asalto y sustracción de pertenencias son cuatro. En dos de ellas los delincuentes hacen uso de armas cortopunzantes. Mientras que en las otras dos los ladrones hacen uso de su “habilidad” y velocidad para arranchar objetos sin recurrir a amenazas.

Hasta el año pasado las denuncias por robo constituyeron el 50% de las observaciones realizadas al sistema de transporte, según cifras de la Fundación Metrovía. El total de quejas presentadas no fue proporcionado.

Las autoridades de la entidad reconocen que los hurtos son un problema regular pero que se realizan varias gestiones para mitigarlo, afirma Augusto Aguirre, presidente del Consorcio Metroquil.

Entre estas soluciones están la implementación y mantenimiento de cámaras de seguridad tanto en estaciones como en las unidades a un costo de $ 861.000 desde 2010.

Además, el año pasado hubo una capacitación para “mejorar la seguridad”, en la que se invirtieron $ 137.000, según consta en la rendición de cuentas de 2014 de la fundación municipal.

En los recorridos de los articulados, los choferes indican constantemente que los pasajeros deben tener cuidado con sus pertenencias. “El consorcio y quien les habla no se hacen responsables por pérdidas”, se escucha cotidianamente por los parlantes.

Aguirre considera que debe existir un mayor apoyo por parte de la Policía Nacional. “El patrullaje debe darse incluso dentro de los buses”.

Las ocasiones preferidas por los ladrones dentro de los articulados, de acuerdo con ciudadanos afectados, son las horas pico (07:00 - 09:00 y 18:00 - 20:00), debido a que se registran aglomeraciones.

Marco Solís, vecino de la Sopeña (sur), comentó que en una ocasión en la estación Plaza Victoria un sujeto le quitó el celular de su bolsillo.

Para conseguir el dispositivo, el delincuente esperó a que un tumulto en el que iba Solís ingrese al articulado. “Como prácticamente lo empujan a uno, ni chance tuve de retroceder y encima el carro arrancó”.

Las paradas IESS, Plaza Victoria, Iglesia Victoria, Parque Centenario, Aguirre Abad, Mall del Sur, Banco Central y Correo son las que registran mayor desorden durante el ingreso a los buses.

En ese sentido, Leopoldo Falquez, gerente de la Fundación Metrovía, indica que la ciudadanía también debe colaborar con el orden y las denuncias de las irregularidades.

La entidad informa que en la página web www.metrovia-gye.com.ec existe un buzón para receptar quejas. En el link señalado solo se especifica “robo en paradas” y no en articulados ni alimentadores.

A esos reclamos se suman las insatisfacciones porque los conductores cierran las puertas rápido y hay denuncias contra los guardias que no hacen respetar las columnas en el interior de los paraderos. (I)