4 apasionadas por las matemáticas dejaron el nombre de Ecuador en alto en Zúrich
En julio de 2015, Ecuador recibió la invitación a participar en la Sexta Olimpiada Femenina Europea (EGMO por sus siglas en inglés), gracias al rendimiento de estudiantes que destacaron en la Olimpiada Nacional de Matemáticas y que, como sede local, las ha llevado a saborear el reconocimiento internacional.
Fernando Álvarez, presidente de la Olimpiada Matemática Ecuatoriana (OMEC), cuenta que desde 2000, que fue la primera vez que el país clasificó en la IMO Corea del Sur, han trabajado sin parar. En esta ocasión, la selección de las chicas incluyó varias competencias, algunas presenciales y a distancia, también nacionales e internacionales.
La preparación se centra en resolver problemas de geometría, teoría de números, álgebra y combinatoria. “No se requieren conocimientos de altas matemáticas y encontrar las soluciones requiere de ingenio excepcional y habilidad”, indica el ingeniero de electrónica y telecomunicaciones.
Julio Rivera, vicepresidente de OMEC, dice que el rendimiento de las concursantes fue soberbio, porque demostraron madurez al ganar con 30 puntos sobre España que tuvo 18 y Bélgica, 21. “Nuestras alumnas son de 15 y 16 años, las de España de 17 y 18, eso muestra lo que se logra con determinación y constancia”, declara el ingeniero en Sistemas.
La preparación y la afinidad
María Gratzia Indacochea, de 15 años, es una de las que obtuvo mención de honor. Estudia en el IPAC y de todas las áreas que abarcan las matemáticas se inclina por la geometría. Cree que realizando trazos las ideas fluyen y se pueden aplicar teoremas. Asegura ser distraída, pero confía en el trabajo grupal. “Cuando resolvemos un problema damos consejos y soluciones de acuerdo al camino que se escoja”.
Su compañera de clases, Valeria Barco (16 años), prefiere la teoría de números. “No me distraigo mucho y en el entrenamiento soy picada, pues puedo pasar días en un problema, me gusta el reto”, dice quien además estudia 4 idiomas.
En cambio Valerie Bustos, entrena en el colegio Logos. De 16 años, admira la geometría por sus transformaciones y lo que la motiva es competir. “Yo me impacté porque no había sentido la diferencia entre hombre y mujer en esto de las matemáticas hasta que viajé a mi primera Conosur, en Chile 2015. Allá son 32 chicos de los cuales 2 éramos mujeres. Ahí supe la realidad que se vive en otros países”, relata la estudiante de 16 años quien además practica música, es vocalista de una banda y toca el teclado.
La mujer y las matemáticas
Sobre la experiencia de Bustos, Álvarez señala que esta generación ya no vive el machismo como antes, pero las consecuencias se observan en 9 a 1 entre hombres y mujeres, para competir.
Aclara que hay estudios que certifican que ellas se desempeñan mejor en esta ciencia hasta los 12 años. A partir de esa edad, en ciertos países de Latinoamérica, existe la creencia de que la vocación por las matemáticas es exclusiva de los hombres lo que trunca la participación de las mujeres.
Así ocurrió con la concursante peruana Ángela Bastidas, quien reside en Machala y no encontró en esa ciudad estos certámenes que en su país son comunes. Por ello, sus padres contactaron con la sede en Guayaquil para integrarla a la selección. (I)