Cerca de la avenida 9 de Octubre y la calle Boyacá, en el centro de Guayaquil, hay mercancías en oferta de todo tipo. Mariela Ortega, de la tercera edad, optó por la línea de las pulseras de lana y los llaveros. No hay nadie más que los venda cerca.

Sus productos tienen costos que van de $0,50 a $1. Así -dice ella- se gana la vida de lunes a domingo en esta ciudad. “Hay días en los que se vende algo y otros en los que nada. Alcanza solo para comer”, expresa la vendedora informal, quien mira hacia todos lados para esconderse de la Policía Metropolitana, que tiene la orden del Municipio de impedir la labor a los comerciantes ambulantes en las zonas ‘regeneradas’ de Guayaquil.

Bajo esa modalidad -añade- hay meses en los que solo recauda $50. “Sobre todo cuando llueve, las compras decaen”. La obtención de ese monto mínimo de ingresos la ubica en el segmento de pobres que viven en el cantón.  

Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Guayaquil tiene la mayor incidencia de personas que viven en condición de pobreza en comparación con las ciudades más grandes de Ecuador (estadística de fines de 2014).

En el territorio guayaquileño, de 2’279.000 habitantes, existen 310.000 personas más que, al igual que Mariela, tienen mínimas ganancias económicas.

El INEC define como pobre al individuo cuyo ingreso per cápita es menor a $ 81,04 mensual. “La pobreza por ingresos es un método indirecto que evalúa la capacidad de un hogar para satisfacer necesidades mínimas de consumo. Esta medición tiene un carácter coyuntural”, detalla el INEC en una entrevista vía correo electrónico.

En la misma arteria guayaquileña también hay personas que se dedican a pedir caridad. Ayer, como los demás días, en las calles García Moreno y Tungurahua, hombres y mujeres se paran bajo los semáforos con tarrinas en las manos para pedir dinero.

Algunos conductores estiran la mano y dan unas monedas a estas personas. Otros, en cambio, pasan de largo sin inmutarse. Para los peatones, por la costumbre, pasa desapercibido el problema social. “Allí están todos los días. Es como un trabajo para ellos”, expresa Pedro Baldeón, quien desayuna con frecuencia cerca de la zona.

El cantón tampoco presentó en el último año una reducción significativa en el tema de pobreza extrema (quienes tienen un ingreso mensual menor a $ 45,67).

De acuerdo con el INEC, Guayaquil tiene a 38.000 personas viviendo en esa situación. En cantidad, la ciudad es la que posee más pobreza extrema.

La pobreza por ingresos de Guayaquil, en diciembre de 2010, es la segunda más alta del país.

Byron Villacís, exdirector del INEC entre 2007 y 2012, manifiesta que la administración municipal de la ciudad “resalta la disminución de la pobreza extrema”.

“Eso no es porque Guayaquil ha caído en el nivel de pobreza. Lo interesante es que Ambato y Cuenca subieron en la última evaluación de diciembre pasado. No es que la ciudad ha jugado mejor como equipo, otras capitales provinciales subieron un poco sus niveles”, explica.

El también economista se refiere al modelo de desarrollo que se implementa en el puerto principal y agrega que si el alcalde Jaime Nebot va a argumentar que hay más cobertura en servicios, entonces comparemos con otras ciudades.

“¿Por qué bajo ese modelo de Guayaquil hay menos desarrollo en cobertura y accesos? ¿Por qué no han avanzado tanto como otras ciudades? ¿Qué pasa con Cuenca? Cuenca lo hace bien, sin un modelo privatizador ni excluyente como el de la capital guayasense”, precisa.

El argumento del Cabildo porteño, desde que Nebot está en el poder (20010), ha sido que tiene más habitantes por atender. También es una de las ciudades que más recursos recibe del Estado. En el enlace sabatino de septiembre de 2014, se informó que los valores asignados por el Estado a Guayaquil en 2013 fueron $ 262 millones.

“No es que Cuenca recibe igual que Guayaquil. Guayaquil recibe más, no solo por el presupuesto, sino por la misma actividad económica. La ciudad es un polo comercial. Si el Alcalde argumenta que tiene más gente, entonces es el modelo el que no funciona. El modelo no genera dinero para hacer una ciudad más equitativa”.

A pesar de las cifras, Nebot mencionó públicamente en enero de este año que el cantón es el más igualitario del país.

OBLIGACIÓN DEL GOBIERNO AUTÓNOMO

El artículo 4 del Código de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización señala que es objetivo del Municipio el desarrollo planificado participativamente para transformar la realidad y el impulso de la economía popular y solidaria con el propósito de erradicar la pobreza, distribuir equitativamente los recursos y la riqueza, y alcanzar el buen vivir.

El desarrollo equitativo y solidario mediante el fortalecimiento del proceso de autonomías y descentralización.

La generación de condiciones que aseguren los derechos y principios reconocidos en la Constitución.