30 comerciantes solicitan cese de clausura de tiendas

La actividad comercial es intensa en los alrededores del mercado Santa Teresita, en Maracaibo y la 30 -suburbio oeste-, un centro de abastos que fue intervenido por el Municipio de Guayaquil hace aproximadamente tres años.

En abril de 2014, cuando la obra fue entregada, un grupo de comerciantes presentó un manifiesto al Cabildo porque se sintió relegado de la asignación de los puestos dentro la flamante infraestructura que cuenta con capacidad para 160 vendedores formales.

Desde entonces, han tenido problemas con la Policía Metropolitana y funcionarios municipales. El incidente más reciente ocurrió hace un mes cuando se colocaron sellos de clausura en los locales que usan como lugar de trabajo, explicó Raúl Morocho, presidente del comité barrial del sector. El comerciante, que tiene 30 años en esta actividad, manifestó que cuando se asignaron los puestos, aproximadamente, el 10% de los vendedores que ya operaba en el mercado Santa Teresita quedó fuera de las instalaciones remodeladas. “Esto, pese a que fuimos censados antes de las obras”.

Frente al hecho de que no podían frenar la actividad comercial, los 52 comerciantes que se sintieron perjudicados optaron por crear adecuar espacios en sus casas. Con el tiempo, otros buscaron sitios independientes en diferentes sectores.

Actualmente son 30 los vendedores que se resisten a salir del lugar en el que han trabajado por tres décadas. Morocho denunció, además, que existe un funcionario municipal que extorsiona a los comerciantes para que puedan laborar “bajo la amenaza de clausura”.

El particular fue conocido por el alcalde Jaime Nebot, según los perjudicados consultados, y la persona imputada fue reasignada al mercado de la Casuarina. María Montalván, propietaria de un puesto de frutas, aseguró que se reunieron 2.000 firmas para conseguir este propósito.

Por un lapso de 2 años, la convivencia entre los vendedores del interior y de los exteriores del mercado  se desarrolló en forma pacífica. Sin embargo, el funcionario señalado por los comerciantes volvió al sector de Santa Teresita. “Fue entonces que comenzaron nuevamente los problemas”.

Los puestos cercanos al mercado municipal fueron cerrados durante la noche. Montalván explica que la mayoría acudió al Cabildo para arreglar su situación. La solicitud es que se permita trabajar.

En los alrededores, hay comerciantes que, teniendo su mercadería en la acera, se resisten a comentar sobre el tema pese a que están ubicados al pie de locales con el sello de clausura, a menos de 20 metros del mercado Santa Teresita.

“Mario”, quien prefirió no revelar su identidad, comercia productos de origen manabita. Al ser consultado sobre los problemas que afectan a sus compañeros, cuestionó que el Cabildo no respetara la antigüedad de los comerciantes “y trajera a gente que no pertenece aquí”.

Reconoció que tuvo oportunidad, por recomendación de los supervisores del centro de abastos, de ser asignado a otro mercado. “Pero uno ya tiene su clientela aquí, ir a otro sitio, cualquiera que sea, sería comenzar de 0 y no están las cosas para trabajar a pérdida”.

El Comité Pro Mejoras de Santa Teresita no descartó volver a reunir firmas para denunciar en la Alcaldía el hostigamiento del que se siente objeto. Este Diario contactó con la Dirección de Aseo Cantonal, Mercados y Servicios Especiales para obtener algún pronunciamiento.

La persona encargada de Secretaría informó que el titular de despacho, Gustavo Zúñiga, no estaba disponible. Hasta el cierre de esta edición no se pudo hablar con el funcionario o algún otro personero.

Con esta situación, este es el segundo caso de un grupo de comerciantes inconforme con la asignación de puestos por parte del Cabildo que ha conocido EL TELÉGRAFO. En marzo pasado, 140 miembros de la Asociación de Comerciantes La Unión Hace la Fuerza (Aluhf) denunciaron que habían sido marginados del mercado Enrique Grau. Desde julio de 2016, los afectados se mantuvieron en conversaciones con el Municipio mientras continuaban su actividad en la 42 y la Ch hasta que fueron desalojados por la Policía Metropolitana.

Posteriormente, buscaron hablar con la vicealcaldesa Doménica Tabacchi, quien delegó el tema a Gustavo Zúñiga, director de Mercados y Servicios Especiales, “pero nunca nos recibió, no hubo apertura”, afirmó Johnny Zambrano, presidente de Aluhf. Por ello, optaron por arrendar un espacio de 100 metros de largo por 50 de ancho en la 42 y la S. (I)