Guayaquil, una ciudad de agua
Buenos Aires, Budapest, Copenhague y Guayaquil son ciudades bañadas por ríos que les dan vida, conexiones económicas y sociales. También una característica especial, un entorno verde y de gran belleza y atractivo.
En la orilla del río de La Plata, se levanta la cosmopolita capital argentina, la más poblaba del país y una de las más visitadas por los turistas internos y externos.
Ese elemento geográfico, que fue utilizado por los conquistadores españoles para frenar la penetración portuguesa e inglesa en la cuenca de La Plata, transformó a Puerto Madero. Un barrio que mira al río, es de lujo, joven, innovador de edificios a precios inalcanzables, restaurantes caros, y departamentos y lofts a precios inalcanzables.
El río Danubio fluye en el centro de 10 países de Europa central. Una de las ciudades bañadas por él es Budapest. El Danubio divide en dos partes la capital de Hungría y del gulash: en la orilla está Pest; mientras en la parte alta está Buda. Budapest ha sido la cuna de compositores famosos: Franz Schubert o Wolfgang Amadeus Mozart.
En cambio, la capital de Dinamarca, está formada por islas y tres lagos, que sirvieron como reservas o tanques de agua para alimentar los molinos en la Edad Media, o en caso de ataque. Hoy ese entorno de aguas de Copenhague es uno de los más limpios del mundo y sus habitantes se bañan allí durante el verano.
Buenos Aires, Budapest o Copenhague o Guayaquil, son ciudades de agua. La vida del Puerto Principal está marcada por el río Guayas, que ha sido uno de los protagonistas de su historia. La Perla del Pacífico, que fue fundada el 25 de julio 1538 por Francisco de Orellana en el Cerro Verde y al margen occidental del río Guayas, tiene una longitud de 60 km y su cuenca hidrográfica es de 34 500 km².
Desde la época colonial era uno de los puertos marítimos y fluviales más importantes de América del Sur por su ubicación geográfica. En esta ciudad fluvial, nació en 1780 el político y poeta José Joaquín de Olmedo, uno de los promotores de la independencia ecuatoriana y latinoamericana.
El río Guayas también fue testigo silencioso de la masacre a los obreros del 15 de noviembre de 1922, que convocaron a una huelga general para exigir mejores condiciones de vida para todos. Los trabajadores salieron a protestar por las calles de la ciudad, pero fueron reprimidos con disparos, y dejaron 94 hombres y mujeres asesinadas. Este episodio está retratado en la novela Las cruces sobre el agua de Joaquín Gallegos Lara.
Pero la importancia del río Guayas no es solo histórica, sino también natural, económica y comercial. En sus aguas hay una diversidad de especies de flora y fauna, como “129 tipos de aves de agua dulce y marinas; 29 tipos de peces, entre estos el endémico delfín nariz de botella”, dice un artículo de Ana Cristina Carranza, publicado en el portal web conocelosrios.com.
Guayaquil, el cantón más poblado del país con 2'644.891 habitantes según cifras del INEC de 2017, es el motor económico de Ecuador por sus recursos agrícolas, comerciales, industriales y tecnológicos. Sus productos estrellas son el camarón, el café, el cacao y la caña de azúcar.
Representa más del 20 % del Producto Interno Bruto nacional; del total de recaudaciones tributarias en el país, entre enero y agosto de 2018, la ciudad aportó con el 27,44 %, es decir, con $2.680 millones, dice una información del Ministerio de Finanzas.
Pero, al igual que otras ciudades en el mundo, Guayaquil relegó y olvidó a su fuente de vida y a su malecón Simón Bolívar, de 2,5 km. Este era un espacio degradado y con problemas de violencia y delincuencia hasta la década de los 90.
Sin embargo, en 1999 el expresidente y exalcalde de Guayaquil León Febres Cordero empezó su regeneración urbana con el proyecto Malecón 2000, que se terminó en el 2000 durante la administración de Jaime Nebot.
Este proyecto es un modelo en el mundo y uno de los ejemplos más exitosos en América Latina, que ha sido declarado espacio público saludable por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En los últimos 20 años en Asia, Europa y Latinoamérica se concretaron planes para recuperar e integrar los ríos a la vida de las ciudades y generar espacios deportivos, culturales y gastronómicos, explica el portal web La Network, un centro de gestión de conocimiento para las ciudades latinoamericanas en la implementación de la nueva agenda urbana y de la ciudadanía sostenible.
Otro caso ejemplar, en Europa: la restauración y la creación de un parque lineal aledaño al río Nervión en Bilbao, España. Ese proyecto reactivó el empleo en la ciudad después de 15 años de crisis porque atrajo a empresas, actividades económicas y motivó a los ciudadanos a vivir allí, dice el portal.
Según La Network, recuperar los ríos promueve la cohesión social, protege el ambiente, aumenta la plusvalía de las propiedades en esa área e impulsa el desarrollo comercial. (I)