Mbappé arrolla a Argentina y mete a Francia entre los ocho mejores
La selección francesa se llevó ayer el duelo de los subcampeones de Europa y América al derrotar por 4-3 a Argentina en una exhibición del prodigio Kylian Mbappé, autor de dos tantos y una asistencia y se convirtió en el primer menor de 20 años en lograr tres goles en un Mundial desde el brasileño Pelé.
El conjunto de Didier Deschamps, acusado por muchos de joven y falto de experiencia, respondió al embiste, dio una lección de madurez y superó con todo merecimiento a una Albiceleste plana, sin ideas ni fútbol y dependiente en exceso de un Lionel Messi que no apareció y de algún fogonazo de una que otra de sus estrellas sin mucho destello.
La moderna Kazán Arena, a orillas del imponente río Volga, era el escenario de un choque generacional de lujo: de un lado la generación francesa de los 90, un derroche de técnica y velocidad con Griezmann y Mbappé como estandartes y del otro la generación argentina de los 80, derrotada en la final de hace cuatro años en Brasil y que da sus últimos coletazos futbolísticos.
Levantado el ánimo tras la agónica victoria del pasado martes sobre Nigeria (2-1) y sabedor de que no hay margen de error, Jorge Sampaoli apostó por lo que funcionó en el último juego: mantuvo en la portería a Armani, que aportó el aplomo que le faltaba a Caballero y dejó sobre el verde a Banega, el mejor socio de Messi. Sorprendió el técnico, eso sí, al quitar del once a Higuaín y dar entrada a Pavón, revulsivo el martes, en un 4-3-3 con Messi con libertad como “falso 9” y Di María y Pavón en los costados jugando a favor de pierna.
Los imberbes “bleus” repitieron el equipo que tan buenos réditos le dio contra Perú, con Giroud como referencia arriba, Mbappé y Griezmann de apoyo y músculo en el centro del campo con Pogba, Kanté y Matuidi.
En el duelo de Messi contra Griezmann apareció Mbappé. Apenas 13 minutos tardó en dejar su impronta la joya, que recogió un mal control de Banega en el centro del campo, se disfrazó de Ronaldo Nazario, puso la directa y fue trabado dentro del área por Marcos Rojo. Curiosidades del fútbol, el héroe de la clasificación argentina era el culpable ahora de que su equipo tuviera que empezar a remar a contracorriente en los compases iniciales.
Griezmann, que poco antes había avisado con un libre directo a la cruceta, no falló desde los 11 metros y engañó a Armani con un disparo suave y al centro. Lo siguiente, su ya famosa celebración del Fortnite en un estadio teñido de Albiceleste que se había quedado mudo.
Francia estaba cómoda y replegada atrás, dejando el dominio a Argentina y haciendo del contraataque su mejor aliado.
Aparecieron entonces, en el momento justo, las individualidades de los sudamericanos. Antes del descanso Di María rescató a una Argentina claramente inferior cuando todo apuntaba a la ventaja francesa al entretiempo: el “Fideo”, con todo el espacio y el tiempo del mundo, recogió, miró y se sacó un zurdazo imperial, imposible para Lloris. “Así los tengo, así los tengo”, exclamó el argentino tras el gol señalándose la entrepierna.
Entonces, de la nada la Argentina tuvo el todo. Mercado firmó la remontada nada más volviendo de vestuarios al empujar “sin querer queriendo” un disparo de Messi y despistar al arquero Lloris.
La prueba de madurez para los jóvenes franceses era enorme. Y estos respondieron ante la adversidad, se lanzaron por la victoria y, liderados por un magistral Mbappé, aniquilaron por completo a Argentina con tres goles en 11 minutos.
El primero del lateral Pavard en un tanto similar al de Nacho en el 3-3 de España y Portugal: agarró un centro lateral de Lucas y la pegó plana con el exterior, fuera del alcance de un Armani que voló pero no llegó.
Ahí apareció de nuevo Mbappé, un jugador destinado a estar entre los más grandes. Él solo reventó el partido y puso a Francia en cuartos de final. Primero recogió un rechazo tras un centro lateral de Lucas y batió a Armani por bajo con la pierna zurda y después culminó con la diestra un contragolpe.
Sampaoli, sin ideas, caminaba a toda velocidad por el área técnica mientras echaba vistazos al banquillo. Olvidados Dybala y Lo Celso, los únicos jugadores capaces de animar a esta deprimida Argentina, sacó a Agüero -el “Kun” ingresó minutos antes del segundo gol de Mbappé- y a Meza. Pero tampoco hubo reacción.
Bajaron entonces el ritmo ambos equipos. Francia sabedora de que estaba en cuartos y Argentina, a la que los pulmones no le daban para más, sabedora de que estaba casi fuera. Todavía hubo tiempo para un gol argentino más, obra de Agüero en el minuto 93, que alentó ligeramente a la grada. Demasiado tarde, Francia ya estaba en cuartos.
Tras el partido, Sampaoli, descartó dimitir de su puesto “Más allá del dolor hay que tener temple. El hecho de estar acá, de elegir el lugar donde quise estar”, dijo el estratega rosarino. (I)