Punto de vista
Saldremos de la crisis con inteligencia y mucho fútbol
El fútbol se defiende solo y por eso su magia siempre estará vigente. Los problemas que acosan a nuestro torneo son superados por algunos de los damnificados a base de volver al primer sentimiento, el de jugar y sentir esa sensación única de disfrutar corriendo un balón y poder transmitirlo. Pocos equipos del torneo ecuatoriano están exentos de crisis financieras o institucionales. Si revisamos la tabla de posiciones podremos detectar que los malos manejos en algún momento fueron la palabra preponderante de casi todos los clubes, y eso no es casualidad sino el resultado de muchos años de decisiones equivocadas y muy poca visión de futuro. Voy a ‘gambetear’ este tema tan escabroso y después de la finta meteré un pase en profundidad para que posterior al desborde y centro de la muerte, entendamos que la definición es tan complicada como la creación.
Para el bien del campeonato ecuatoriano los dos grandes del país están dando batalla y asumiendo que depende mucho de ellos si se pretende rescatar a un balompié bañado de una incertidumbre severa e insostenible. Emelec repuso sus motivaciones después de los penales en Brasil, y sabe que si recupera el nivel de algunas individualidades mejorará un colectivo que trabaja de memoria y tiene bien aprendida la lección que su entrenador le enseñó. Los dirigidos por Gustavo Quinteros atraviesan una miniturbulencia porque las constantes lesiones y el escaso aporte de jugadores claves hacen que el elenco millonario dependa mucho de Miller Bolaños, que maduró de golpe y con chispazos de crack sostiene latente la esperanza de un equipo que tiene últimamente poca efectividad ofensiva. En esta puja debo detenerme y revisar la radiografía futbolística de Independiente Terán, un elenco silencioso, alejado de los flashes y muy hermético en su accionar. Pablo Repeto, como todo entrenador, tiene su librito debajo del brazo y con esas herramientas transmite ideas claras a sus jugadores, que con una sapiencia asombrosa hacen realidad todas las intenciones para estar siempre como candidatos para ganar el torneo.
Dejé para el final y así poder cerrar esta idea con argumentos sólidos, al equipo más querido del país no por tener un sentimiento especial, sino porque es el claro ejemplo que de los problemas se sale con tranquilidad y voluntad. En junio, el ídolo era una bomba de tiempo que no tenía solución aparente, pero gracias al desconocido Rubén Israel, que se bajó del avión y media hora más tarde ya estaba trabajando con el plantel, las caras largas se transformaron en sonrisas y hoy, meses después, lo que irradia el pueblo ‘canario’ es muy diferente a aquel semblante pálido y moribundo. Barcelona no brilla, pero es inteligente y práctico, porque tiene la capacidad de conocer sus limitaciones y explotar sus virtudes, un juego de palabras muy fácil de pronunciar pero difícil de ejecutar.
La actuación en Quito ante El Nacional puso esto en evidencia y nos dejó un mensaje importantísimo: que dará pelea hasta el final porque cree en sus capacidades y tiene con qué. Eso sí, no puede descuidar al silencioso Independiente Terán y mucho menos olvidar que el actual campeón no de casualidad está hace un par de temporadas luchando en diciembre por el primer lugar. Qué lindo es el fútbol, no lo dejemos morir.